Para demostrar que no suponen ninguna amenaza, los jinetes intentan rescatar al dragón de la reina Mala, que Viggo robó con la intención de destruir el Confín del Dragón.

Chusco quiere impresionar a su primo, que está de visita, pero Brusca desconfía del verdadero motivo que lo ha traído hasta el Confín del Dragón.

Los jinetes asisten a la celebración del cuarto centenario de Mema, donde una recompensa por la cabeza de Hipo amenaza con estropear la fiesta.

Siguiendo el mal consejo de su padre, Patán Mocoso trata de hacerse con el liderazgo de los jinetes y empieza a tomar decisiones imprudentes por su cuenta.

Un dragón que origina remolinos que engullen a la gente amenaza el comercio marítimo de Mema y los jinetes deben deshacerse de él sin quedar atrapados en el torbellino.

Hipo intenta ayudar a un dragón herido sin sus compañeros, que no pueden volar por falta de sueño. Sin embargo, el asunto resulta ser más complicado de lo que esperaba.

Dagur se presenta en la isla afirmando conocer el lugar donde Viggo esconde el oro que ha robado. Rápidamente los jinetes se ponen manos a la obra para recuperarlo.

Con el fin de asegurar la supervivencia de la tribu de Mala, ella e Hipo deben depositar un huevo de dragón dentro de un peligroso volcán para que se incube.

Los gemelos vuelan al norte para reparar la maza de Chusco, pero por una serie de imprevistos se ven envueltos en una operación secreta de los cazadores de dragones.

Astrid pierde la vista mientras intenta salvar a los dragones del incendio que una fuerte tormenta eléctrica ha provocado en los establos.

Hipo inicia una operación que lleva meses planeando para hacerse con el Ojo del Dragón de Viggo, pero no tarda en descubrir que alguien se les ha adelantado.

Aunque Viggo mantiene su promesa sobre el Ojo del Dragón, Hipo no sabe si confiar en él y considerarle un aliado contra Ryker y un poderoso dragón.