Nikki y Jason empiezan a plantearse adoptar cuando se enteran de que otro intento de fecundación in vitro sería demasiado caro y tendría pocas probabilidades de éxito.

Jason contacta con una ex antes de que los servicios sociales la entrevisten. Nikki sale con su hermana, Karen, y su desagradable novio.

Nikki y Jason van a un picnic con otros posibles padres adoptivos y se sienten intimidados por el nivel alto de su competencia.

Tras una noche de fiesta salvaje con Erica y Freddy, Nikki y Jason se enfrentan a la mañana siguiente con las consecuencias posiblemente desastrosas.

Nikki y Jason deciden que necesitan más experiencia de primera mano cuidando niños. Por eso, acceden a hacer de canguro de los hijos de sus amigos durante todo un día.

Jason empieza a tener dudas sobre el proceso tras asistir a una sesión de preparación obligatoria. Karen le da a Nikki malas noticias.

Nikki se siente paranoica sobre Jason tras leer un mensaje sospechoso en su móvil. Una reunión familiar empeorará aún más las cosas.