El abogado Leo Ramírez está acusado de detener a Paul Schaefer, líder de la secta alemana “Colonia Dignidad”, en el sur de Chile, por cargos de abuso infantil. Leo creció en Colonia, pero se fue cuando murió su hermano, veinte años antes.
Leo lleva a Klaus a la casa de su hermana Carmen. Al principio, no sabe si puede confiar en Klaus, pero un recuerdo común demuestra que Klaus es su hermano. Leo y Pamela descubren que Hausmann falsificó el certificado de defunción de Pedro.
Una vez recapturada, Anke intenta suicidarse. Se despierta en el hospital y es drogada por Hausmann. Klaus no puede apuntar a Leo y decide castigarse a sí mismo en su lugar.
Los colonos lanzan un ultimátum a Klaus: si no apunta a Leo, Anke morirá. Hausmann niega todo en su interrogatorio, y cuando se descubre que la evidencia ha desaparecido, es libre de irse.
Leo, Carmen y Klaus escapan del fuego. Pamela les da la bienvenida mientras se investiga la escena del crimen. En Santiago, Caro y su colega Hannelore descubren que el empresario es Gerhard Mertins, un traficante de armas.
Se encuentra que los autos enterrados pertenecen a disidentes que desaparecieron del régimen de Pinochet, fueron torturados y asesinados en la colonia. Caro informa a Leo sobre el tráfico de armas y le pide que averigüe sobre más envíos.
Leo, Pamela, Klaus y Anke llegan a la embajada, pero Caro no está. Leo decide buscar a su esposa, mientras Pamela lleva a Anke y Klaus a un lugar seguro. Los tres son interceptados por Hausmann y un grupo de colonos.
Los túneles oscuros desencadenan recuerdos violentos para Klaus. Fue allí donde fue torturado por Hausmann. Klaus y Leo descubren la sala de vigilancia secreta de Schaefer.