Catalina y Pedro buscan consejo matrimonial tras los caóticos sucesos del día anterior y que han puesto en peligro su relación.

Catalina recibe a los embajadores del Reino Unido y EE. UU., que quieren que intervenga en la guerra de Independencia. Maxim se molesta con las muestras de afecto entre Grigor y Marial.

Catalina implica a plebeyos, a nobles y a mercaderes en una conferencia destinada a cambiar Rusia. Pedro quiere vengarse de un enemigo histórico.

Arkady y Tatyana ayudan a Pedro y a Catalina cuando los dos discrepan sobre su hijo Pablo. Catalina teme que Pablo sea un líder cruel y descuidado y se niega a ordenarlo.

Pedro se siente atormentado por no haber seguido el legado del imperio de su padre, Pedro el Grande. Catalina debe decidir qué hacer con el malestar que empieza a surgir en las provincias.

Catalina intenta convencer a Pedro de que vuelva a casa mientras Hugo redobla los esfuerzos para recuperar su reino. Georgina sigue con sus tejemanejes en la corte.

Catalina quiere traer más diversión a la corte. Con la ayuda de Georgina, organiza un festival de verdades, bromas e ideas sorprendentemente ingeniosas. Katya presenta una obra de teatro que desafía el reinado de Catalina, y Catalina prueba la invención de los postres salados de Pedro.

Catalina presenta el divorcio a la corte con consecuencias imprevistas. Grigor se hace amigo de Maxim y va a cazar ciervos, e Isabel y Petrov se van de viaje a las regiones.

Bajo las órdenes de Catalina, Grigor se esconde en el bosque con Pablo. Catalina juega un juego peligroso consigo misma para demostrar que su destino está en Rusia y lidia con el impacto que las decisiones de Pedro tienen sobre su gobierno.