Victoria (Suranne Jones) lo tiene todo. Es una exitosa empresaria con una bonita casa en la que vive con su cariñoso marido, Chris (Ashley Walters) y sus dos encantadoras hijas. Su vida es prácticamente perfecta; sin embargo, algo va mal y ni ella misma sabe bien qué es. La presión de ser todo aquello a lo que siempre había aspirado está empezando a ser insoportable. Una profunda depresión comienza a adueñarse de ella, destruyéndola y provocando efectos catastróficos en toda su familia. Solo ella tiene la clave para salir de ese lugar tan oscuro, donde casi siempre acaba emergiendo alguna luz.

María (Lesley Manville) ha llegado a una encrucijada vital. Lleva casi toda la vida con John (Michael Gould), su devoto marido, pero fingir la felicidad se ha vuelto demasiado asfixiante. Su 60 cumpleaños marca un momento de claridad: los sentimientos reprimidos de profundo descontento han estado enterrados demasiado tiempo. En el trabajo, María tiene la atención de un compañero más joven, Anthony (Gershwyn Eustache Jnr), que claramente siente algo por ella. En casa, John se esfuerza y hace todo lo posible para que el día sea especial para ella, pero la realidad es que ya no hay pasión. María acepta el hecho de que ya no está enamorada. Tras la visita de sus hijos, Andrew y Alice, María tiene con John la conversación que tanto tiempo había evitado. Aunque él intenta disuadirla y tranquilizarla, ella está cada vez más desconectada de su relación y decide hacer caso a sus sentimientos a pesar de las consecuencias.