El Sunderland, tras el doloroso descenso y con toda la presión de sus hinchas más apasionados, arranca la campaña en segunda división.

Después de un arranque prometedor, la falta de recambio queda en evidencia y los problemas de presupuesto no dejan mucho margen para las incorporaciones.

Hinchas y jugadores se frustran por igual cuando el equipo entra otra vez en la zona de descenso. El director técnico Simon Grayson camina por el borde del precipicio.

Un batacazo en el Estadio de la Luz renueva las esperanzas del equipo, pero se acerca la Navidad y el primer triunfo de local todavía no llega.

La época de pases se complica cuando los dueños del equipo se niegan a invertir en el club mientras un jugador con pocos minutos de juego cobra un contrato altísimo.

Los lesionados son cada vez más y el equipo no levanta cabeza, pero la vuelta de un jugador clave podría ser el revulsivo que necesitan para salir del pozo.

Con nubarrones en el horizonte, el plantel y el cuerpo técnico analizan los pasos a seguir. Los hinchas, mientras tanto, juran lealtad eterna al equipo de sus amores.