A bordo del U-949, el comandante Buchner se enfrenta a un soplón. Wilhelm y Hannie Hoffmann visitan Berlín para asistir al estreno de una película basada en el destino de Klaus.

En el funeral de Wilhelm, Ehrenberg se declara partidario de la causa e indica a Klaus que Gluck puede ser clave para conseguir la información que necesita para el almirante americano Kenton.

Unos pescadores italianos llevan a Buchner y Berndt, los supervivientes del U-949, a Nápoles, donde se encuentran con la andrajosa tripulación del U-330.

En Nápoles, Klaus conoce al destartalado U-330 y a su esquelética tripulación, entre los que se encuentran Buchner y Berndt. Schulz acaba en el calabozo.

El U-330 derriba el avión americano, y tras una temeraria maniobra, Hoffmann sale a la superficie junto a la nave de Kenton. Finalmente, Gluck asume la culpa.

Hannie consigue liberar a Herta. Mientras le cuenta a Lessing los acontecimientos, aparece Schulz acusándolo de ser el jefe de la conspiración de la Marina.