Cuando era niño, Yoon Hwa-pyung presenció la violencia de un espíritu maligno que posee a personas. Años después, una visión psíquica lo conduce a un embalse.

El exorcismo de Choi Yoon y su compañero tiene un fatal desenlace. Hwa-pyung convence a Kang Kil-young de que la hija del hombre sigue viva.

Hwa-pyung tiene una visión de una mujer secuestrada en el baúl de un auto y le pide a Kil-young que revise las listas de personas extraviadas mientras busca al culpable.

Kil-young recibe una sorpresa cuando visita a la hija de la mujer extraviada. En la chatarrería, Hwa-pyung y Yoon se enfrentan al demonio.

Un cadáver humano aparece en el campo. Yoon, Hwa-pyung y Kil-young viajan al lugar y descubren que sus pasados los unen.

La mujer poseída desaparece del hospital. Hwa-pyung le cuenta a Kil-young que tuvo una visión donde la vio dirigirse al lugar de trabajo de su novio.

Kil-young investiga el último caso de su difunta madre, que involucra a una asambleísta llamada Park Hong-ju y el cuerpo de una estudiante desaparecida.

Yoon logra que retiren los cargos en contra de Hwa-pyung. Luego de enterarse de que hay una niña que se parece mucho a él, Hwa-pyung se topa con algo terrible.

Yoon, Hwa-pyung y Kil-young deben detener a Seo-yoon. Cuando Yoon se queda atrapado con ella en un sótano, se ve obligado a enfrentar sus propios demonios.

Hwa-pyung quiere información sobre el cura muerto y decide rastrear a su padre desaparecido. Kil-young y Yoon intentan averiguar sobre los orígenes de Park Il-do.

Hwa-pyung empieza a sentir molestias, y Yoon no puede confiar en él. Kil-young le cuenta a un compañero lo que ha estado haciendo últimamente.

Yoon y Hwa-pyung llegan justo a tiempo para salvar a Kil-young. Yoon sufre las consecuencias de realizar otro exorcismo.

Yoon hace un escándalo durante una misa. Hwa-pyung busca a Yuk-gwang. Kil-young conoce a una monja que quiere acabar con Hong-ju.

El abuelo de Hwa-pyung es abducido. Hwa-pyung, Yoon y Kil-young salen en su búsqueda y deben seguir una serie de macabras pistas.

Tanto Hwa-pyung como Yoon están preparados para hacer sacrificios, pero se dan cuenta de que nada respecto a Park Il-do es lo que parece.