Obtener un trabajo normal de tiempo completo no es fácil para los jóvenes coreanos que carecen de conexiones o dinero, como Sang-su y Jeong-o.

Por ayudar a un colega a atrapar a un sospechoso, el oficial Oh Yang-chon ignora una llamada de su mujer sobre una emergencia familiar.

La escena de un crimen violento toma por sorpresa a los aprendices. Yang-chon encuentra una prueba que limpiará su nombre.

Yang-chon aparentemente no quiere relacionarse con nadie, mucho menos con Sang-su. Jeong-o responde a un reporte de posible violencia doméstica.

Casos difíciles, tensión laboral y problemas familiares marcan el ritmo de los agentes de la patrulla de Hongil.

La aprensión reina sobre la patrulla tras el incidente de Jeong-o. Junto con su mentor Nam-il, Jeong-o enfrenta una investigación de Asuntos Internos.

Jeong-o intenta atrapar a un sospechoso en un caso de prostitución, pero le sale mal. Crece el descontento contra Yang-chon cuando Sang-su se lastima trabajando.

Jang-mi, Jeong-o y Nam-il se unen para reunir a los involucrados en la prostitución. Cada vez hay más rivalidades en las salidas de la división de patrulla de Hongils.

Más desesperado que antes, Sang-su le confiesa sus sentimientos a Jeong-o. Jang-mi y Gyeong-mo se unen para investigar los negocios turbios de Ju-yeong.

Tal como Han-sol predijo, Yang-chon pierde la cabeza cuando descubre lo que estuvo haciendo Ju-yeong, y será todavía peor cuando se entere de lo que hizo su padre.

Los oficiales están decididos a buscar justicia para Sam-bo. Jang-mi está seguro de que un violador en serie anda suelto, pero carece de pruebas para pedir un equipo.

La víctima del reciente incidente de ataque sexual sufre otra crisis. Yang-chon se une al equipo de Jang-mi para enfocarse en atrapar al agresor.

A pesar del peligro, Sang-su persigue al sospechoso hasta el corazón del bosque. Como se aproxima la boda de su hija, Han-sol decide mantener su diagnóstico en secreto.

Jeong-o se arriesga a volver a enfrentarse a Asuntos Internos al exigir educación sexual en las escuelas y ofender a los padres de los alumnos.

Jang-mi debe afrontar medidas disciplinarias por un error que cometieron sus superiores. Acusan a Min-seok de uso excesivo de fuerza al intentar controlar a un ciudadano.

Jeong-o tiene algunas dudas sobre su deber como oficial. Entonces toma una gran decisión, pero no puede evitar sentirse culpable, especialmente por Sang-su.

La carrera de Sang-su está en peligro. Los medios hablan de su caso como violencia con armas de fuego. Los oficiales de más alto rango calman al público.