El teniente Tsurumi está buscando a un taxidermista en concreto que es bastante particular: Edogai. Le hará una petición muy especial relacionada con los tatuajes.

A petición del teniente Tsurumi, Edogai trabajará en la recreación de las pieles tatuadas. El problema reside en que hay gente que quiere su conocimiento... o su vida

Mientras Sugimoto y los demás inspeccionan la casa de Edogai, reciben una desagradable visita, por lo que tendrán que escapar junto a Hijikata.

La Séptima División ha apresado a Shiraishi y piensa llevárselo, pero ni Sugimoto ni nadie quiere permitirlo, así que tendrán que idear un modo de rescatarlo.

El plan para rescatar a Shiraishi es muy elaborado y está todo muy bien pensado, pero ¿bastará para llevárselo sin levantar sospechas?

Cuando Sugimoto desciende de Daisetsuzan, la fila de Tanigaki recibe un telegrama en cierta ciudad. Tanigaki, que sabe que la frontera se está preparando para los racimos de la muerte y rasga el papel de hacer que Ashigepa vuelva a su corazón. En ese momento, mi pasado que quería un papel en su mente se aclaró y el recuerdo de la noche que le contó al teniente de Tsurumi, el teniente revive.

Sugimoto, Asirpa y compañía llegan a una aldea donde están celebrando el kamuy hopunire. Debido a eso, Asirpa aprovechará para explicarle a Sugimoto qué entienden los ainu por "kamuy".

Corren rumores por la zona de que hay un grupo de bandidos que atacan de noche y agarran a todos desprevenidos. Mientras Sugimoto y compañía se informan del asunto recibirán una desagradable visita.

El único modo de averiguar si es cierto que Sin Rostro es el padre de Asirpa o no es yendo a verlo cara a cara a la prisión Abashiri, así que hay que planear una infiltración en la prisión.

La situación en Abashiri no es la deseada. El Sin Rostro que encuentran en la celda parece ser que no es el de verdad y alerta a los guardias. Si eso fuera poco, Tsurumi entra en acción.

Sugimoto tiene delante de él a Sin Rostro, y parece ser el auténtico, puesto que reconoce el makiri que le hizo a Asirpa. ¿Qué le dirá? ¿Mató él a los ainu?