Pope y Charlie investigan el mercado negro de explosivos, lo que les pondrá en la pista de un grupo terrorista. Por su parte, Geli, encargada del SAF, trata de localizar a un marido maltratador que se ha dado a la fuga.

Un sacerdote amigo de Gerardo le pide que investigue un robo que se ha producido en su parroquia. Poco después aparece el cadáver de un joven y, aunque aparentemente se trata de un suicidio, la investigación conduce hasta una secta satánica

Pope y Charlie investigan el asesinato del encargado de una ONG para niños problemáticos. Por otro lado, se descubre una foto del asesino de parejas y Casqueiro está en el punto de mira.

La ausencia del inspector jefe en la comisaría aumenta las sospechas sobre su culpabilidad, aunque el permanece ajeno a las sospechas de sus compañeros. Mientras tanto, Pope y Charlie investigan el paradero de dos chicas desaparecidas.

Pope y Charlie investigan la misteriosa desaparición de un bebé, en su propia casa y en compañía de su hermana de 13 años, que hacía de canguro. Geli intentará ayudarla a recordar el aspecto del secuestrador, al tiempo que los agentes se extrañan de que nadie exija rescate.

La situación dentro de la banda se hace cada vez más insoportable para Mikel. Mientras, el comisario Castilla tiene que tomar una decisión drástica ante el resultado de sus análisis y Pope y Charlie investigan la muerte de un coreano relacionado con el narcotráfico.

Gerardo Castilla tiene que ingresar en el hospital. Mientras, le sustituye otro comisario que no quiere involucrarse en el caso de Mikel, por lo que Pope y Charlie se las arreglarán por su cuenta para encontrar el paradero de su amigo.

La aparición del guardia de seguridad del edificio que ardió poco tiempo atrás reaviva las incertidumbres sobre el caso. La investigación se les pone muy cuesta arriba a Pope y a Charlie por la resistencia que pone el nuevo comisario Vega en colaborar con ellos.

Unos niños encuentran en un cementerio a una mujer acuchillada que pide auxilio. Tras ingresarla, la joven asegura que no recuerda nada de lo ocurrido. Pope y Mikel, que sustituye a Charlie en la investigación, descubren el cadáver degollado de su mejor amiga.

Un chico ecuatoriano aparece muerto en un parque con signos de haber recibido una paliza. Las primeras investigaciones, a cargo de Pope y Charlie, conducen a una posible venganza por parte del asesino hacia el hermano de la víctima: un locutor de radio.

Mikel y Charlie investigan un violento robo que ha tenido lugar en un chalet de lujo. Se trata de la desaparición de unas valiosas figuras eróticas que coleccionaba el dueño de la casa, un abogado de unos laboratorios farmaceúticos.

Clara y Lucas investigan la muerte de un joven de origen cubano, novio de una ejecutiva. El cuerpo del joven apareció fuertemente golpeado y estrangulado en un descampado al que fue atraído por unos insinuantes mensajes de móvil de su novia.

El cruel asesinato del marido de una jueza que investiga un caso de blanqueo de dinero apunta a que los autores podrían ser los procesados, que habrían actuado por venganza, aunque las investigaciones harán aflorar otras posibles causas.

La investigación de un extraño atropello lleva a Pope y a Charlie a dar con recovecos inesperados en relación con ciertas infidelidades familiares, hecho que resultará clave en la resolución final del caso por parte de los agentes.

En un gran centro comercial se produce un espectacular robo. Tres hombres armados y con caretas roban las recaudaciones del fin de semana de unos multicines. Mientras, Pope y Charlie continúan con sus desavenencias.

El equipo de la comisaría debe enfrentarse a un tiroteo con una víctima mortal y un herido del que se pierde el rastro. Charlie y Lucas, a pesar de la rivalidad que siempre les ha enfrentado, deberán encargarse del caso.

Una bella joven ucraniana aparece estrangulada en un lugar apartado. Descartado el móvil sexual y cualquier relación con mafias de inmigrantes, drogas o prostitución, Pope y Clara inician la investigación a partir del teléfono de un transportista que la recogió haciendo autostop.

Charlie y Mikel se enfrentan a la investigación sobre la muerte de una famosa escritora parapléjica, a la que supuestamente otra mujer ha ayudado a morir. El caso se complica cuando aparece la madre de la fallecida (papel interpretado por la veterana actriz Julieta Serrano).

Los agentes localizan al policía retirado de origen árabe sospechoso de haber profanado una de las tumbas que inició una ardua investigación en el capítulo anterior. Tras un largo interrogatorio, comprueban que sus sospechas eran infundadas.

El secuestro de un bebé en el distrito de San Fernando se suma al de otros tres niños, todos ellos varones de siete meses. Los autores no parecen estar movidos por un interés económico, lo que dificulta la investigación.

El desconcierto se apodera de los policías a medida que pasa el tiempo y los secuestradores de los bebés siguen sin dar señales. Ni siquiera han pedido un rescate, lo que desespera a los familiares de los secuestrados

El capítulo aborda el caso de un ciclista que aparece muerto en una cuneta. Pope y Mikel aventuran que le han atropellado a conciencia, ya que descubren que el joven, que era judío, pudo tener problemas con unos skinheads.

Un aviso asegura que los bebés están siendo incinerados en un contenedor. Mientras toda la comisaría comprueba la veracidad de la información, el secuestrador decide liberar al bebé enfermo, de modo que los agentes improvisan un operativo para lograr atraparle.