Tras una sangrienta guerra entre mafiosos, Declan domina el negocio de las drogas en Montreal. Pero unos recién llegados de Italia amenazan su liderazgo.

Con el agua al cuello por una deuda con el cártel, Declan acude a un rival en busca de ayuda. La armonía entre las bandas se resquebraja al cuestionarse las lealtades.

Existe una norma no escrita: las familias no se tocan. Pero cuando los adversarios la rompen, la respuesta de Declan no se hace esperar.

Nats y Valentina se enfrentan a las consecuencias de sus acciones. Declan está cada vez más cerca de controlar los puertos, pero su plan sufre un grave imprevisto.

El floreciente negocio de fentanilo de Teresa y Christian tiene duras consecuencias para Rose. Valentina se siente atormentada por su propia confesión.

La familia Cosoleto no sabe qué hacer con Valentina y la tensión no hace más que aumentar. Teresa y Christian ponen en marcha una nueva táctica para debilitar a Declan.

Declan les aprieta los tornillos a los Cosoleto y sigue acosando a Teresa y Christian. Nellie recibe el regalo que Declan le prometió.

Los moteros no se lo ponen fácil a los Cosoleto. El trato de Nellie con un testigo clave peligra. Las imprudencias entre los suyos le causan problemas a Declan.