Tras lo ocurrido con Nathan, Kate levanta cabeza, mira hacia adelante y le abre las puertas a lo nuevo: departamento, empresa, asistente ¡y bebé!

Kate necesita plata para la nueva empresa, y la ética ya no parece tan estricta. Mientras tanto, la inmobiliaria Frankie Coyne está al rojo vivo.

Kate hace malabares con un cliente complicado y las necesidades de Forrest. Jenny busca apoyo en un grupo de mamás, y Anne consigue un trabajo nuevo.

Anne prepara a Alice para los peligros de la calle, y Frankie trata de ayudar a Bianca con la maternidad. Kate revive hostilidades del pasado.

Mientras la reputación de Kate se va por el caño, Jenny organiza una gran fiesta de cumpleaños para Zoe. Anne quiere cuidar a la hija, pero se le va un poco la mano.

La escuela de Charlie envía a Kate a casa con una tarea poco grata. Bianca recibe malas noticias, pero Frankie puede tener la solución.

Jenny logra el ascenso, Alice se venga, y Frankie echa un vistazo a la intimidad de Val. Kate sale a comerse la calle con una idea ganadora.

Kate, Anne, Frankie y Val cruzan al lado salvaje, y la verdad aparece hasta en los dibujitos. Un viaje muy memorable, si alguien se acuerda después.

Jenny se pone firme en el trabajo, Kate y Mike suben la temperatura, y Frankie abre su corazón. Anne pone manos en el asunto y defiende a una clienta.

Nathan quiere ayudar a Kate con los problemas legales. Mientras tanto, Frankie choca con la fe de Bianca, y Anne y Lionel luchan con las andanzas de Alice.

Jenny lleva a Ian a la oficina mientras Val pone a prueba a Mel. Anne y Lionel invitan a cenar a los padres de Brenna, y la noche pinta entretenida.

Kate y Mike colaboran en una propuesta, y Frankie termina de mediadora sin saber bien cómo. Alice toma una decisión desesperada.