Kyle, un policía novato, es asignado como nuevo compañero de Frank Rourke, un detective de moral cuestionable, para espiarlo y reportar sus métodos.

A Kyle le preocupa que las duras tácticas de Frank aumenten el riesgo que corre una chica secuestrada.

La brecha entre Kyle y Frank crece cuando Kyle se niega a seguir una de las reglas moralmente ambiguas de Frank. Ambos tratan de atrapar a un sicario.

Una de las fuentes de Frank es asesinado por la yakuza. Frank busca venganza y pone en peligro una operación del FBI.

Una investigación interna podría costarle a Frank su placa e incluso su libertad. Kyle se ve obligado a ayudar a limpiar el nombre de Frank.

Una investigación sobre el tráfico de armas toca de cerca a Tommy cuando un viejo amigo parece estar involucrado.

Frank involucra a Kyle en su plan de acabar con un abogado defensor que ayuda a sus clientes a eliminar testigos.

Frank da caza a un equipo de criminales conformado por un padre y su hijo. Esto toca de cerca a Frank, que recuerda su propia infancia como hijo de un proscrito.

Frank y Kyle quieren vengar la muerte de un organizador comunitario que ha sido accidentalmente asesinado en un tiroteo entre bandas.

Los mundos de Frank y Holly chocan cuando varias de sus chicas desaparecen, lo que lleva al SIS a investigar al excéntrico y solitario productor de Hollywood.

La persecución de un terrorista internacional da un giro cuando Kyle cree conocerle de su servicio en Afganistán.

Kyle pierde la confiaza en Frank cuando descubre que éste le ha mentido sobre las circunstancias que rodean la muerte de su padre.