Durante un eclipse solar, la abuela finge estar muerta para darle una lección a su familia.

Los Crood tienen que domar a la salvaje Sandy para que no la destierren.

A Eep se le cae la baba por un chico nuevo del colegio y los Crood intentan romper el hechizo.

Grug intenta aprender una destreza de cazador que requiere más maña que fuerza.

Cuando los adultos prohíben bailar, los adolescentes montan una discoteca clandestina.

Para animar a su madre, Thunk y Eep deciden darle una sorpresa.

Eep sale de noche en busca de una yegua muy esquiva, pero solo encuentra lunáticos.

Eep entra en el equipo de los gritos y cae bajo el influyo del entrenador.

Los Crood ayudan a su vecino Snoot a recuperar el amor de su mujer.

Eep y Thunk encuentran un tesoro y se hacen ricos... y desconfiados.

La abuela encuentra nuevas amistades tan gruñonas como ella.

Castigada por las trastadas que ha hecho con sus amigos, Eep hace una apuesta con su padre: él no sobreviviría ni un día como adolescente.

Para descansar un poco, Grug le pide a su doble que haga sus tareas.

Eep y Thunk intentan sabotear el plan de unos tramposos.

y es acusada por error de los problemas causados por un nuevo vecinito.

Thunk cree que es demasiado blando para sobrevivir.

Los niños del valle quieren crear una sociedad sin normas.

Montan un concurso para ver quién consigue sujetar durante más tiempo un huevo gigante.

Después de inventar la ventriloquía, Thunk tiene celos del éxito de su marioneta.

Eep hace de casamentera cuando le prohíben quedar con chicos.

Eep trabaja de socorrista en la poza, pero no es tan emocionante como creía.

La abuela convence a todo el mundo de que puede influir en el clima.

En sus vacaciones, los Crood conocen a una familia que lleva una vida demasiado armoniosa para ser verdad. Los Crood tienen que advertir de un gran peligro a su valle.