Los asesinatos de Nicole Brown Simpson y Ronald Goldman llevan a la Policía de Los Ángeles a la casa de O.J. Simpson.

Robert Shapiro y Robert Kardashian enfrentan las consecuencias de la desaparición de O.J. Simpson. Mientras, en la oficina del fiscal de distrito y en la policía se desesperan por salir bien parados y encontrar al fugitivo.

Marcia Clark anuncia que O.J. Simpson ha sido acusado. Robert Shapiro, con el consejo de F. Lee Bailey, organiza una estrategia provocativa. Mientras empieza a armar el "dream team", Shapiro debe convencer a O.J. de contratar a Johnnie Cochran.

La energía de Johnnie Cochran transforma el caso. Mientras empieza la selección del jurado, la fiscalía y la defensa consultan a expertos, lo que trae algunos resultados sorprendentes.

En el comienzo del juicio, Christopher Darden y Johnnie Cochran se enfrentan en los tribunales. Chris no confía en Mark Fuhrman como testigo. Por otro lado, el jurado visita la escena del crimen.

Obligada a hacer malabarismos con las responsabilidades de la casa y el trabajo, Marcia Clark empieza a sentir que la gente pone la mirada en su aspecto.

Empiezan a surgir teorías conspirativas en torno al caso. La fiscalía debate si debe poner a O.J. Simpson frente al tribunal.

A meses de iniciado el juicio, y aislados de sus familias, la sociedad y los medios, el jurado comienza a convertirse en el objetivo de la fiscalía y la defensa. Mientras, el país conoce la ciencia de la identificación por ADN.

Johnnie Cochran y F. Lee Bailey recorren el país para obtener las cintas de Mark Fuhrman. El juez Ito debe decidir si las cintas, y los calificativos raciales que contienen, son admisibles.

La fiscalía y la defensa hacen sus declaraciones de cierre. Los jurados deliberan, y llega el veredicto final.