Julien está desaparecido y los mangos escasean. La vida en la aldea no podría ser más alocada… bueno, hasta que llegan los padres realmente irritantes de Julien.

Clover y Mort corren a rescatar a su rey de unos piratas mientras Julien demuestra cómo menear el botín (o su bote, bah) para evitar que lo hagan caminar por el tablón.

Mientras sus padres se preparan para irse, Julien intenta recobrar su infancia al obligarlos a asistir al recital de baile que se perdieron cuando era niño.

Cuando sus padres adoptan al apestoso Brodney para cumplirle el deseo de tener un hermanito, Julien se excede intentando que se sienta como un rey.

Julien entra en pánico cuando sus padres anuncian que no se irán nunca. Su plan para asustarlos fracasa cuando la idea de Karl va demasiado lejos.

Unos alienígenas abducen a Mort y Julien está celoso. ¿Podrán Clover y los demás ayudar al rey a comunicarse con los extraterrestres antes de que comience una invasión?

Para impulsar el espíritu patriótico, Julien declara una guerra falsa contra las mariposas. El orgullo de los lémures se pone a prueba cuando ellas los atacan de verdad.

Entusiasmado por crear comida rápida para el reino, Julien organiza un concurso de ideas. ¿La entrada ganadora será una delicia o una maldición?

Julien está seguro de que le robaron su frijol saltarín favorito y se obsesiona con la seguridad. Para desgracia de Clover, se le ocurre armar a la aldea con escorpiones.

Julien quiere revivir sus días de gloria en la reunión de la Escuela Lémur. Pero Karen, su antiguo amor, y Karl, su adversario, tienen planes peligrosamente distintos.

Clover debe elegir entre su deber real y su orgullo familiar cuando la invitan a competir en un torneo y Julien le prohíbe ir.

Cuando su tratado de paz genera disturbios, Julien quiere construir un muro para mantener a las otras especias fuera del reino fiestero de los lémures.