Cuando Robin regresa para vengar la muerte de Marian, se desata una batalla épica entre él y Gisborne, en la que ambos deben luchar a muerte.

El alguacil presiona aun más a Robin y su pandilla al obligar al abad a acusarlos de robar la parroquia.

El despiadado Rufus está en el pueblo para vengarse. Cuando secuestra a Allan y Kate, Robin contraataca arrebatándole a su hijo.

Gisborne está de regreso, y no está solo; a su lado están los guardias de elite del príncipe John y un arma misteriosa. Esta vez, está decidido a atrapar a Robin.

El príncipe John visita Nottingham, y hace de las suyas.

Una ola de calor azota Nottinghamshire. Cuando el príncipe John bloquea los pozos locales, los fugitivos toman medidas desesperadas para salvar a los que están en riesgo.

Isabella hará cualquier cosa para probar su lealtad al Príncipe... y para ganar el puesto de alguacil.

Gisborne aguarda su ejecución en un calabozo de Nottingham y conoce a un compañero de prisión que causa un profundo efecto en él.

Una figura misteriosa obliga a Robin y Gisborne a escuchar sobre su pasado, y la verdad sobre sus padres los conmueve en lo más profundo.

La pandilla se sorprende cuando Robin anuncia que Gisborne se ha unido a su lucha contra Isabella, pero... ¿puede sobrevivir su precaria tregua?

La batalla comienza cuando Isabella reúne hombres para enviarlos al príncipe John, y la pandilla hace todo lo posible para detenerla.

Estalla la guerra en Nottingham y el alguacil ataca con todo su poder. Robin y la pandilla luchan para defender el castillo, pero se ven obligados a retirarse.