Tras la marcha de Luka, que regresa a su país para visitar a su padre enfermo, el Dr. Moretti se convertirá en el nuevo jefe del servicio de urgencias. El grupo no se sentirá demasiado cómodo con él, lo que repercutirá en el tratamiento de varios pacientes heridos durante una manifestación por la paz. Además Neela deberá pasar por una difícil operación.

Durante la recuperación de Neela, Moretti implantará un nuevo protocolo para las intervenciones en urgencias, lo que disgustará aún más a sus compañeros. Además, Abby tendrá que hacerse cargo de la sala de espera, donde encontrará a un joven latino que pretende ocultar una herida de bala. Mientras, Moretti tratará de sacar a Tony del servicio mientras éste se ocupa de un adolescente superdotado que padece una extraña enfermedad.

Mientras Neela se adapta de nuevo al trabajo de urgencias, el hijo de Abby sufrirá una caída cuando jugaba con su niñera en el parque. Una aparatosa herida en su cabeza pondrá en alerta a todos sus compañeros. Por otro lado, el hermano de Pratt, al que él mismo había recomendado para entrar a formar parte del equipo de ambulancias, tendrá algunos problemas para adaptarse debido a las continuas bromas relacionadas con su homosexualidad.

Morris echa de menos a Hope y se plantea la posibilidad de marcharse. Mientras, el personal intenta descubrir a Harold, un joven genio asignado a Neela como interino. Para ella, intentar enseñarle supondrá un gran número de quebraderos de cabeza. Por otro lado, Abby empieza a sufrir la carga individual que supone su responsabilidad como madre ante la ausencia de Kovac, que la ha tenido que dejar sola para ocuparse de sus obligaciones familiares en Croacia. Además, Moretti, satisfecho con el rendimiento de Gates en la UCI, decide reasignarle de nuevo a urgencias.

Morris y Pratt continúan con la preparación de sus exámenes sin saber que Abby y Moretti están teniendo serias desavenencias a la hora de cómo evaluar a los interinos. Por un lado, Abby defiende su actual rendimiento. Por el otro, Moretti ha decidido contratar a una nueva asistente, Skye Wexler, para aliviar ciertas parcelas laborales. Asímismo, Neela necesita ayuda con un problema personal y una paciente adolescente, que se siente desatendida por los doctores, decidirá recurrir a medidas extremas.

En un día de calor insoportable, un fallo en el suministro electrónico trae consigo una serie de nuevos casos a urgencias. En una residencia de ancianos, el aire acondicionado se ha estropeado y ha provocado que muchos de sus inquilinos sufran deshidratación. Junto a esta situación, preocupa el delicado estado de un bebé que, sin fiebre ni lesiones, no ha dejado de llorar desde hace tres meses. En su diagnóstico, se producirán discrepancias entre Abby y Pratt. Por otro lado, el acercamiento entre Moretti y Abby es tan intenso, que ella empieza a encaminarse a una peligrosa tentación. Entre tanto, Pratt y Morris conocerán los resultados de sus exámenes.

El regreso de Luka al servicio de urgencias supondrá un gran conflicto para Abby que, tras su infidelidad con Moretti, no afrontará demasiado bien el retorno de su pareja. Entre tanto, el hospital recibe a un muchacho que ha sufrido una aparatosa caída mientras limpiaba el tejado de su casa; su padre, tetrapléjico, tendrá serias dificultades para enfrentarse a las posibles consecuencias del accidente. Además, Tony deberá ir en busca de su hija Sarah, que durante una fiesta escapó de un chico que intentó sobrepasarse con ella. Los abuelos de Sarah, preocupados por la etapa que está viviendo la adolescente, le plantearán a Tony que se ocupe de ella.

Tras la sorprendente marcha de Moretti, el servicio de urgencias quedará momentáneamente sin jefe de departamento. El Dr. Pratt se presentará una vez más voluntario para ocupar el cargo, pero el hospital decidirá poner temporalmente a la doctora Wexler a cargo de todo, lo que provocará distintos conflictos con sus compañeros. Además, el Dr. Gates se enfrentará a la primera fiesta en casa de su hija, mientras Abby intenta recuperar la normalidad con Luka.

Con la Navidad cerca, el número de pacientes tratados en el servicio de urgencias está aumentando a un ritmo frenético. Tanto, que hasta el equipo del departamento empieza a plantearse la posibilidad de alcanzar los 300 pacientes en 24 horas. Todo un récord por el que están dispuestos a apostar en contra y a favor de que se logre. Uno de esos ingresos es el de una mujer y su hijo, heridos tras un accidente de tráfico. Su estado de salud y la llegada de su marido sacarán a la luz una historia familiar compleja. Mientras, Abby se dispone a viajar a Croacia tras el fallecimiento del padre de Luka, pero primero deberá hacer frente a la preocupación de su marido por el distanciamiento que han sufrido en su matrimonio.

Después de que pasaran por alto su ofrecimiento al puesto de jefe del servicio de urgencias, Pratt está decidido a abandonar su trabajo y el condado para trasladarse a otro hospital en el que su talento sea apreciado como él cree merecer. A su vez, tendrá que hacer frente a la llegada del hijo de una ex miembro de urgencias, ingresado tras una caída jugando al béisbol. Lo que parecía un simple golpe revelará, tras una serie de pruebas, un problema más grave. Mientras tanto, Sam verá en una paciente, con un tobillo muy malherido y un terrible secreto, un reflejo de sí misma. Por si fuera poco, la llegada de la bella prima de Neela revolucionará el centro, especialmente a Harold y Morris, que competirán por llamar su atención.

Tras su ausencia desde el fallecimiento del padre de Luka y su decisión de ingresar de nuevo en el programa de rehabilitación, Abby regresa al hospital. Allí están ocupados atendiendo a un bombero y dos niños pequeños adoptados que han sido víctimas de un incendio en un bloque de edificios. Uno de ellos será analizado especialmente por Abby, ya que sospecha que tiene una enfermedad degenerativa en el ojo. Por su parte, y tras pasar la noche con la prima de Neela, Harold se siente más seguro de sí mismo y mantiene esperanzas de tener algo serio con ella.

El caso de un niño que cayó a un lago y del anciano que le salvó centrará la atención de gran parte de los médicos del servicio de urgencias. Gates y Sam discreparán en los métodos utilizados en el tratamiento del joven, que está muy grave. Mientras, Julia será la encargada de asistir espiritualmente al hombre, que se siente arrepentido de su antiguo trabajo como médico suministrador de inyecciones letales en prisión. Por su parte, la relación entre el doctor Pratt y Bettina no pasa por su mejor momento ya que él no está dispuesto a comprometerse.

Pratt difiere con otro doctor sobre cómo enseñar correctamente a los internos. Mientras, Gates se enfrenta a la complicada situación de tratar a una enferma de corazón muy joven. Abby, por su parte, se encuentra de camino a Croacia y reflexiona sobre cuándo y cómo contarle a Luka sus decisiones desafortunadas. Entre tanto, Sam averigua que Julia ha decidido empezar de nuevo en más de un sentido.

Tras un duro día, Neela ve cómo su trabajo no ha hecho más que empezar. Y es que un error de planilla ha hecho que su turno en trauma empiece en ese mismo momento. Mientras esto ocurre, los abuelos de Sara llegan a la ciudad y Hank es llevado a la sala de urgencias tras sufrir un colapso. Por su parte, Gates intentará demostrar a Sam la fortaleza de sus sentimientos, pero ella tiene ante sí un duro trabajo junto a Pratt. Juntos tratan a un hombre que muestra claros signos de haber sido maltratado por su hijo.

El ritmo frenético en el Memorial Hospital de Chicago no cesa para sus trabajadores. Mientras Kovac está en la ciudad buscando trabajo, Neela está preocupada por una complicación surgida durante una operación, que ha causado una infección a su paciente. Por su parte, Abby trata a un adolescente que ha sido golpeado y Brenner, lejos de ayudar, sigue causando problemas al servicio de urgencias.

Se ha cometido un robo en una joyería de la ciudad y Neela descubre que uno de sus pacientes podría estar implicado. En el terreno personal, Pratt hace un esfuerzo por salvar su relación con Bettina. Mientras, Abby teme por su matrimonio y siente que Luka lo ha dado todo por perdido.

La rotura de la aorta del paciente de Neela necesita una nueva operación y la doctora empieza a estar agotada. Mientras, Morris habla con un psiquiatra sobre su experiencia con los ladrones de joyas y Abby tiene que tomar una decisión muy importante sobre una nueva oportunidad que se le ha presentado.

La entrada en el servicio de urgencias de un paciente en un claro estado de embriaguez pone a todos en peligro. Mientras tanto, Pratt sigue luchando por su mayor y más ansiado sueño: convertirse en el nuevo jefe de urgencias del hospital. Por su parte, Gates no deja de pensar en su futuro con Sam y Luka tendrá un encuentro inesperado con el doctor Moretti.