Fabricar y distribuir fentanilo en pleno centro de México, tiene graves consecuencias. Casillas les declara la guerra. La Felina e Ismael lo acompañan a la celebración del Año Nuevo chino.

Encapuchado y maniatado, el presidente de México debe obedecer y seguir al pie de la letra las condiciones que impone Aurelio Casillas. Mecha de la Cruz, aún embarazada, está irreconocible.

Aurelio busca frenar la producción de droga, pero contar con sus aliados es complicado. Al llegar al aeropuerto, un viejo adversario lo sorprende, se enfrentan a sangre fría.

Las malas noticias vuelan, Casillas se entera de la peor, el atraco en Nueva York termina mal y él cree que es Milton Jiménez, alias El Cabo, quien tiene conexión con la tragedia familiar.

Aurelio desata una desenfrenada persecución desde el aire, El Cabo responde en tierra, un disparo certero causa una avería al helicóptero de su rival. Belén, ambiciosa, se sale con la suya.

En Nueva York, Ismael se juega la vida para salvar a los suyos. La Felina y Aurelio deben matar o morir, sus refuerzos no llegan, Arbelo y compañía descubren la movida de Casillas y compañía.

Belén sigue la ruta de un plan macabro, se abre camino en las instalaciones de Cambio XXI, Rocco cae en la trampa de la seducción. Rutila toca fondo, se aisla y pierde el control de su vida.

Romper un trato con Casillas es una sentencia de muerte y Gómez Labrador no es la excepción, lo pagará con sangre. Alfaro y la DEA tienen a Ismael en la mira, él y Zopilote intentan huir.

Arde la ciudad, Cambio XXI está en llamas. Aurelio Casillas muestra su poder y declara la guerra, su hijo Ismael está en prisión, es imperdonable, le envía un mensaje a Belén San Román.

Casillas exige que liberen a Ismael a cambio de parar sus ataques, el presidente busca una solución, quiere ser recordado como el mandatario que pacificó el país. Dalila está en peligro.

Como en un tablero de ajedrez, el traslado de Ismael está fríamente calculado, Aurelio mueve las piezas, define cómo y cuándo se hace. Una turba se encarga de frustrar los planes de Alfaro.

El Cabo abandona Colombia con los bolsillos llenos, va rumbo a México y amenaza al gobernador Rosales, le exige alojamiento, de lo contrario, Bere verá un video que lo compromete.

Said, la historiadora, y Mecha de la Cruz compiten por el mismo hombre, pero la llegada de Albita cambia las cosas. Sobre el atentado, El Greñas confirma para quién grababan el suceso.

Bajo amenaza de muerte, Jaime le ofrece al Cabo contacto directo con Alfaro en las esferas del poder y un fuerte aliado para sus negocios en México. Manzano reta a Casillas, que lo liquide.

Belén San Román, feliz de haber matado a su ex, señala al próximo en la lista. Milton Jiménez es el objetivo de Dalila y se lo comparte a Ismael. Istúriz le pide a Bere ser un señuelo.

Emocionada, Mecha ve por primera vez a su bebé, Albita, y en ese momento su estado de salud se complica. El presidente debe ejecutar una orden, Aurelio quiere libre a Ricardo Almenar.

Para los medios, Casillas es el responsable de todos los males, ahora tiene a quién reclamarle. Belén San Román está frente a sus ojos, le advierte que quien juega con fuego se quema.

Aurelio cree tener todo bajo control, pero La Felina le advierte que una explosión no tarda en tocar a su puerta. Abrir fuego en Colombia puede causar otra guerra en México. El Cabo está cerca.

Rutila se topa con un viejo enemigo; Ismael, Diana y La Felina suman fuerzas para eliminarlo. Casillas visita a Rosales, si no complace su exigencia, la amenaza de muerte es real.

La Felina, angustiada, trata de evitar que Diana contacte a Rafael, su hijo, para atender a JP, herido de bala. Tras el fracaso en querer liquidar al Cabo, responsabilizan a Ismael.

Casillas abre el expediente de Manzano, deduce que hay que hacerle un traje de madera igual que a los demás miembros de la red. Con Istúriz a cargo, Ismael se niega a ser el segundón.

Almenar sale en libertad, Aurelio observa todo y prepara el golpe de los golpes, pero las ratas son escurridizas. Amanda está junto a su padre, pero ella miente, investigan su identidad.

Belén San Román no puede contenerse, le exige a Carla que llame a Casillas, sin una explicación de por medio, la periodista se niega a hacerlo. Rutila habla con su padre, intercede por Amanda.

Todo está listo para que Rosales se encuentre con El Cabo y los Casillas actúen en su contra, pero el olfato de Milton Jiménez complica la jugada. Belén, encapuchada, va a la junta más deseada.

Aurelio toma medidas, envía a sus hombres a cuidar a Jaime, invirtió demasiado en él para que sea candidato. En Sinaloa, la DEA tiene rodeada la casa de seguridad, la huida está en marcha.

Desesperada por vengar la muerte de su madre, Berenice suplica que liquiden a Jaime, la situación se pone tensa y un forcejeo termina mal. Belén ya sabe quién será su jefe de Seguridad.

La ausencia de Berenice enardece a Diana, Aurelio se hace de la vista gorda, aunque sabe que todo lo que dice Jaime Rosales es completamente falso. Mecha y Said vuelven a Ciudad de México.

Aurelio consigue lo que busca, sus movimientos son certeros y aleccionadores. Istúriz barre, uno a uno, a todos los coludidos con Manzano. Alfaro va a la junta con Belén, Uzcátegui observa.

La DEA y Alfaro hacen un pacto, Eunice Lara es el objetivo para que el jefe de seguridad se cuelgue una medalla en la lucha contra el narco. El Cabo sorprende a Belén en su mansión.

Jaime Rosales debe aparecer en TV y armarle un escándalo a Alfaro, una estrategia como candidato. Se trata de una primicia, la oferta es para Carla, una oportunidad que no puede dejar escapar.

Hundido hasta el cuello, Lucas Manzano huele que lo obligarán a renunciar, quiere un cómplice. No se le ocurre mejor idea que pedirle a su viejo amigo y colega Castillo que sea su sustituto.

El llamado a la ciudadanía en TV por la desaparición de Berenice arruga el corazón del público, hasta Diana queda sorprendida con lo mucho que el gobernador Rosales sufre por su esposa.

Ismael le propone a La Felina que invierta en un negocio para La Tata y ser socios. Para Aurelio la familia es primero, al oír a Diego coincidir con la premisa, le inspira confianza.

Manzano está de rodillas, y humillado, trata de negociar con Casillas, tiene una jugosa oferta para él a cambio de conservar su puesto en la DEA. Colón prepara su partida hacia una nueva vida.

El interés de Aurelio por saber más de Belén se convierte en una misión para Manzano, pero él, aunque promete cumplir, está ocupado con Colón. Said se siente mal, los síntomas alarman.

Aurelio Casillas da una orden que impacta hasta las lágrimas. Laura, como médico, debe proceder, si no lo hace, será peor; él mismo se hará cargo. Almenar y El Cabo ahora son aliados.

La solución es simple y radical; Casillas cumple con la promesa que le hizo a Mecha. Said va al hospital y se hace la prueba de embarazo; está convencida de que tendrá una bebé del hombre que ama.

Aurelio Casillas tiene dos candidatos, pero le da cierta ventaja a Belén; le advierte que será un secreto y nadie tiene por qué enterarse. El Greñas ubica a Rutila; Diego la intercepta.

Al terminar su encuentro con Aurelio, Belén contacta a El Cabo, hay un traidor entre sus filas, alguien reveló el pacto que existe entre Milton Jiménez y San Román para llegar a la presidencia.

Casillas reclama a los suyos por no investigar bien a Belén San Román como ordenó, ahora sabe quién es. Esa pista conduce a otra, ubican a Ricardo Almenar, uno de sus más grandes rivales.

Belén está ofendida con El Cabo por haber dudado de ella, pero él tiene cómo disculparse, encuentra el espacio para adularla como mujer. El tono de la conversación cambia de golpe.

La debilidad de Aurelio son las mujeres. Amanda y Belén piensan en él, pero la candidata está clara en su objetivo, cree que su hija no tanto.

Una cita con Mecha en un parque público le da a Said la oportunidad de atacarla por sorpresa; Albita está en medio de todo y Chatarrero, a cargo de su seguridad, reporta el incidente.

Con tal de rescatar a Albita, Aurelio se rinde, promete complacer a Said y evitar que se lance al vacío, Mecha observa de reojo. Alfaro sospecha que Rosales se deshizo de Berenice.

Belén toma al toro por los cuernos, El Cabo quedó complacido al no ser mencionado en las noticias, ahora ella marca distancia, no quiere correr ningún riesgo. Aurelio trata de controlar a Said.

Toda la pólvora, las municiones y los hombres están listos para liquidar al Cabo. Alfaro pide refuerzos. La mansión de Milton Jiménez explota a borbotones, mientras Diana se convierte en rehén.

Casillas y los suyos rodean al Cabo, el operativo es para borrarlo de la faz de la tierra. Mecha preocupada por Diego en medio del tiroteo. Dalila va por Alfaro, su rescate es complicado.

Diana protege hasta con su vida a Rafael y todo queda registrado en video, imágenes que llegan a manos de su esposa. Belén y Ricardo Almenar eligen una de sus casas para proteger al Cabo.

Amanda acude sexy y entusiasta a una nueva cita con Aurelio; no sabe la sorpresa que le espera. Diana no resiste más, le confiesa a La Felina que no puede sacarse a su hijo de la cabeza.

Casillas tiene una misión para Amanda, ella suplica que la tortura se detenga a cambio de aceptar hacer todo lo que él exija. Ismael, como todo un matón, establece las reglas del negocio.

Tener secuestrada a Amanda le da poder a Aurelio y dominio sobre Belén, ella se quiebra. La joven, sometida, es el mejor anzuelo para pescar a Ricardo Almenar, Casillas impone un desafío.

Almenar diseña una emboscada con El Cabo para matar a Aurelio, aunque suene descabellado e implique enormes riesgos. Belén también le propone a Rosales unirse para hacerlo desaparecer.

La entrega de Amanda a cambio de Almenar es un hecho, pero Casillas define cuándo y cómo; la suma de las fuerzas de sus enemigos lo ponen a pensar. La Felina tiene razones para echar a Diana.

Aurelio le envía un mensaje a Almenar; Belén es la intermediaria para pasar unas coordenadas. Ella aprovecha, quiere saber si su hija está bien y si el respaldo como candidata continúa.

Las fuerzas están alineadas; Almenar y Casillas están a punto de ponerse a prueba, Diego es la carnada. Alfaro a cargo de los refuerzos llega con una novedad, el objetivo debe ser otro.

Acorralados, Diego y Lencho deben proceder con el plan de entregarse a los Casillas. El hijo de Mecha hace una llamada que lo pone en evidencia. Mientras, Aurelio tiene en su poder a Amanda.

Casillas exige transmitir la entrevista de Rosales a toda hora, mientras Belén quiere a su hija de vuelta. Aurelio está convencido de que Amanda está mejor con él que con sus padres.

Su objetivo es Tijuana, le guste o no, ese el próximo paso de Alfaro por orden de Aurelio. Mientras Ismael, más que en una alianza con el enemigo, piensa en un asalto para robarse la mercancía.

Aurelio piensa en todo. La fachada electoral debe contar con un candidato que deje de ser viudo y Casillas ya eligió a la mujer que pueda ejercer ese rol junto al gobernador Rosales.

Rutila le ruega a Aurelio que deje de mirar a Nina como un depredador al llegar a "El milagrito". Ella es su proyecto, le pide que no lo arruine. Leo Venegas oye todo sobre el crimen de Colón.

Para ponerse al día, Aurelio e Ismael se reencuentran y la conversación va por mal camino. Colgar a un enemigo de un puente en Tijuana fue una imprudencia, Casillas suelta un consejo.

La pérdida de sangre del Cabo provoca un secuestro de emergencia, Esteban llega encapuchado. En el hospital notan el sistema de vigilancia intervenido. Aurelio pasa la noche con Nina.

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