Joel Fleischman, un doctor neoyorquino recién salido de la facultad, llega a Alaska para prestar sus servicios como pago a las becas con las que el gobierno de dicho estado le ayudó a finalizar su carrera.

Tras llegar al hospital de Anchorage (capital de Alaska) al que inicialmente había sido destinado, Joel descubre que allí hay plantilla de sobra y que ha sido asignado como médico de cabecera a un pequeño y apartado pueblo llamado Cicely. La perspectiva de tener que ejercer los cuatro años a los que le obliga su contrato en tan ignoto rincón de Alaska le produce un ataque de pánico, que no mejorará en lo más mínimo al conocer a algunos de los excéntricos habitantes del lugar.

Un buen amigo de Maggie, también paciente de Joel, decide dejarles a ambos sus tierras en herencia, intuyendo que, antes o después, acabarán formando pareja. Sin embargo, quizá su juicio haya sido precipitado…

Cuando un millonario indio le hace una oferta a Joel para que le venda sus recién heredadas tierras, éste ve el dinero como la solución a todos sus problemas: podría pagar su deuda con el estado de Alaska y regresar a Nueva York de inmediato. Por supuesto, antes tendrá que convencer a Maggie, cosa que no sólo no será fácil sino que además puede llevarle a recibir una de las broncas más monumentales de su vida.

Shelly está embarazada y Holling acepta casarse para legalizar la situación de su futuro hijo. Sin embargo, desaparece momentos antes de la boda. Joel, como padrino, deberá intentar arreglar la situación.

Por otra parte, Maurice invita a Cicely a unos potenciales inversores japoneses a los que quiere convencer para que participen en la construcción de un complejo hotelero. Descubriendo que son unos enamorados del golf, Maurice recluta a Joel, otro gran aficionado a este deporte, para que juegue unos cuantos greens con ellos. El problema es que no hay un sólo campo de golf en más de cien kilómetros a la redonda…

La novia de Joel, Elaine, llega de visita desde Nueva York, pero cae enferma, víctima de una fuerte epidemia de gripe que pronto afecta a todo Cicely, y que apenas le deja a Joel tiempo para estar con ella. Por si eso fuera poco, Elaine parece haber hecho muy buenas migas con Maggie, con la que empieza a intercambiar confidencias para desesperación de Joel, quien se ve incapaz de tratar con la avalancha de enfermos que se le ha venido encima. Unos enfermos que además empiezan a ponerse violentos debido a lo que consideran una incapacidad de su médico para curarles.

Un joven aparece en el Brick y pregunta por Shelly. Holling se queda boquiabierto al descubrir que es su marido y que ha venido a pedirle que vuelva con él o que le dé el divorcio para casarse de nuevo. Incapaz de seguir viviendo en pecado con la mujer de otro hombre, Holling decide dejar de compartir su cama con Shelly hasta que ésta arregle sus asuntos con su marido, sin saber que esta decisión puede poner punto final a su relación. Por otra parte, Rick está asustado porque le ha salido un bulto y está convencido de que va a ser una nueva víctima de la "maldición de O'Connell". Ed, mientras tanto, intenta escribir el guión de una película comercial, pero está bloqueado.

Tras la muerte de su hermano, Maurice decide que ya es hora de empezar a buscar un heredero apropiado para su fortuna. Su primera elección es Chris, pero sus estilos de vida parecen demasiado incompatibles…

Por otra parte, Ed acude al Brick para anunciar que Jessie ha vuelto. Jessie resulta ser un terrible oso que una vez hirió a Holling, y que ha acabado por convertirse en una especie de némesis para él. Shelly insiste en que Ed y Holling la dejen acompañarles en su partida de caza, pero pronto resultará evidente que su presencia no es precisamente el estímulo que Holling necesitaba para cumplir su sueño de abatir a Jessie.

El coche de Joel se estropea en mitad del bosque, en una carretera muy poco transitada. Resignado a su suerte, el buen doctor se dispone a pasar la noche allí, hasta que es despertado por unos misteriosos ruidos…

Alguien está revolviendo en la parte trasera del coche. ¿Podría tratarse de Adam, esa misteriosa criatura descalza que, según dicen, ronda por los bosques? Mientras tanto, Chris, enfrascado en la creación de una escultura de la Aurora Boreal, recibe la inesperada ayuda de Bernard, un motorista con el que parece compartir un misterioso vínculo.