El robo del ojo izquierdo del rey Impuro deja trunco el entrenamiento de Rin. Para proteger el ojo derecho, los exorcistas se dirigen a Kioto.

El grupo llega a Kioto, donde se hospeda en la posada de la familia Suguro. Casi todos los empleados de la oficina local están heridos y nadie se salva de las sospechas.

Yaozo pide una reunión para intentar encontrar al traidor en la secta de Myoda. Las sospechas recaen sobre Tatsuma, el jefe de la familia Suguro.

Ryuji, que sigue teniendo sospechas sobre su padre, escucha a Mamushi diciendo que es cómplice de Todo.

Envían a Rin a una celda de aislamiento, donde Yukio le lee una carta de Tatsuma. La desaparición de ambos ojos amerita una reunión convocada por Yaozo.

La carta de Tatsuma cuenta cómo obtuvo Fujimoto la espada Koma años atrás. En el presente, Todo y Mamushi llegan al santuario de Goma.

¡El rey Impuro está vivo! Y Rin, sentenciado a muerte por el Vaticano. Sus compañeros de clase tratan de salvarlo, pero todo terminará dependiendo de Shiemi.

El miasma se va apoderando de Kioto, y todos huyen hacia Rakuhoku. Rin y sus compañeros buscan a Tatsuma, y Yukio descubre que Todo ha cambiado.

Todo obliga a Yukio a admitir lo que siente en realidad por su hermano. Mientras, Suguro y Rin van en busca del rey Impuro.

El rey Impuro emerge justo cuando llegan refuerzos para ayudar a Yukio. Suguro, Rin y Kuro quedan atrapados, y Rin no puede sacar la espada.

Las llamas azules de Rin limpiaron el lugar. Después del caos, llega el tiempo de pasear, hablar a corazón abierto y conversar sobre el futuro.