La hermana del amigo de Devalos es asesinada y Allison intenta ayudar a resolver el crimen. La médium debe ser muy cauta a la hora de interpretar adecuadamente sus visiones, ya que en un principio no parecen tener mucho sentido puesto que muestran al primer marido de la víctima como el posible asesino, pero este hombre murió hace dos años.

Allison sueña con un fantasma que ha sido testigo de un terrible asesinato. Lo más curioso de todo es que cuando la vidente se acerca con Scanlon al lugar del crimen, esta se encuentra in situ al fantasma. Sin embargo, todos los esfuerzos que realiza la vidente para hablar con él resultan inútiles. Mientras tanto, Ariel tiene que realizar un trabajo para la clase de salud con un guapo compañero.

Allison ayuda al detective Lee Scanlon a resolver el crimen de un hombre que parece no tener ningún tipo de identificación. Además, esta investigación se complica cuando Scanlon descubre que la víctima no tiene huellas dactilares.

Allison se despierta completamente desorientada debajo del paso elevado de una autopista. No sabe cómo ha llegado allí ni qué le ha podido pasar, porque no tiene ningún recuerdo de lo que vivió en las últimas seis horas. Lo único que siente claramente es que puede ser culpable de una muerte. Gracias a las visiones que poco a poco va teniendo, intenta reconstruir estas últimas horas de su vida.

Devalos le pide ayuda a Allison para encontrar a Meredith Burnes, hija de un consejero local que está en paradero desconocido. Las primeras visiones de la médium podrían incriminar al marido de la chica, pero tras contactar con la madre de ella, cree que su teoría era equivocada. Mientras tanto, Joe sufre las consecuencias de su reciente insomnio.

Las dudas y el miedo se apoderan de Allison Dubois, tras una serie de pesadillas en las que la ciudad de Phoenix sufre una horrible catástrofe. La vidente se angustia no sólo por su visión sino porque su familia también va a formar parte de ella. Precisamente, esos sueños perturbadores deben hacer que Allison tome medidas drásticas para afrontar un posible final del mundo.

Allison se enfrenta de nuevo al fantasma del agente Edward Cooper. Esta vez, parece que viene con buenas intenciones, ya que está dispuesto a darle pistas que podrían resolver algunos casos abiertos de la policía. Pero Allison presiente que Cooper esconde un oscuro propósito. Paralelamente, el jefe de Joe le pide que evalúe a un aspirante para que se incorpore en su equipo. Gracias a las visiones de su hija mayor, Ariel, Joe descubre un secreto que le hace dudar de su valía.

Allison sueña con dos parejas jóvenes que son atacadas mientras ven un concurso en la televisión donde una máquina de la verdad detecta si los concursantes mienten a sus familiares. Cuando la médium despierta, comienza a oír una señal similar a la del concurso cada vez que alguien miente.

Allison sufre un aterrador sueño en el que un extraño dispara a ella y a Devalos, como venganza de un hecho ocurrido hace tiempo. Tras este sueño, Allison se despierta cinco años atrás, cuando aun estaba embarazada de Marie y todavía era una completa desconocida para Devalos y Scanlon.

Un hombre llamado Lucas empieza a acosar a Allison. Se trata de un fanático religioso que, convencido de que es un enviado de Dios, pretende acabar con la vidente, a la que considera una criatura demoníaca.

El acosador de Allison, Lucas Harvey, continúa atormentando a la médium a pesar de haber muerto. De hecho, la situación empeora, ya que tiene la capacidad de estar presente en los sueños de Allison y de sus hijas.

Allison ve en un sueño que Justin es el culpable de los asesinatos. Decide contárselo a la policía, pero ante la presión de Caithlyn Lynch y Douglas, se ve obligada a cumplir su contrato para salvaguardar el futuro de su familia y a no decir nada.

Allison deja las dudas atrás y empieza a trabajar para la Corporación Lydecker. En su primer día, la médium disfruta de su nuevo coche, su lujoso despacho y una sesión de compras gratis. Pronto le encargan su primer trabajo: tiene que revisar los informes de los empleados y transmitir cualquier tipo de sensación extraña. De este modo, Allison descubre que el hijo de su poderoso jefe esconde un oscuro secreto.

Allison ve en un sueño que Justin es el culpable de los asesinatos. Decide contárselo a la policía, pero ante la presión de Caithlyn Lynch y Douglas, se ve obligada a cumplir su contrato para salvaguardar el futuro de su familia y no decir nada.

Después de sufrir un desmayo sin importancia en casa, Allison investiga la aparición de un cadáver en una tumba poco profunda. Allí vuelve a desmayarse y la llevan al médico, pero no le encuentran nada. Sin embargo, no despierta.

Allison vuelve a soñar con Cynthia Keener y decide buscarla para ver en qué puede ayudarla. Paralelamente, Joe no puede comprar su empresa y cree que puede ser despedido por el nuevo equipo ejecutivo.

Allison tiene un sueño con una angustiada cajera de un banco, Ruth Boddicker, que intenta evitar que se cumpla un sueño premonitorio en el que dos hombres enmascarados van a atracar su sucursal.

Allison tiene una terrorífica visión de futuro: alguien llega a su casa en el aniversario del asesinato de toda su familia. Este recurrente sueño le agobia tanto que comienza a sufrir fuertes jaquecas.