Pocoyó ha recibido un regalo con un envoltorio muy bonito pero no quiere abrirlo. Elly se muere por saber lo que hay dentro. Le ruega y le pide por favor que lo abra hasta que decide tomar medidas desesperadas. Al final, lo da por perdido. A la mañana siguiente se despierta y se da cuenta de que el regalo era para ella: ¡es su cumpleaños!

Pocoyó encuentra una máquina muy chula que mezcla objetos y hace nuevos y originales juguetes. Sin embargo, cuando Pocoyó pone a sus amigos en la máquina, los disgusta. Al final, Pocoyó tiene que hacer que las cosas vuelvan a su cauce y compartir la nueva máquina con sus amigos para que éstos también puedan pasarlo bien.

Hay un montón de atracciones emocionantes Pocoyolandia, entre ellas un gran tobogán que da muchísimo respeto. Pocoyó tiene miedo y no quiere subir. Elly se hace la asustada y le pide a Pocoyó que coja su mano. Pocoyó se hace el valiente para ayudar a Elly y logra superar el miedo. ¡No hay nada mejor que probar cosas nuevas!

Elly quiere ser la primera bailarina en un grupo de ballet, así que intenta enseñar a bailar a sus amigos. Se enfada porque a nuestros amigos los pasos no les salen a la primera, y además Elly se pone muy mandona. Al final, todos bailan a su manera.

Pocoyó juega con nosotros. Nos muestra una serie de figuras muy extrañas para que adivinemos lo que son, ¿Es un árbol azul? No, ¡ son las piernas de Pocoyó! ¿Es eso una montaña grande y rosa? No, ¡Es Elly! Fred el pulpo parece una flor grande y roja, mientras que Pato parece un trampolín. Un juego de adivinanzas muy divertido para aprender a ver las cosas de otra manera...

Pato se está haciendo el mayor y no quiere jugar con sus amigos. Intenta que Pocoyó y Baby Bird se unan a su grupo. De todas maneras, al final, Pato y los demás se dan cuenta de que es mucho mejor jugar con los amigos que hacerse el "guay".

Pocoyó se lo está pasando muy bien jugando con sus amigos, sin embargo no se da cuenta de que lo ha desordenado todo y se marcha sin recoger. Cuando ve que sus amigos ya no quieren jugar con él, logra entender la importancia de no sólo pasarlo bien, sino también de ayudar a recoger.

Pocoyó está paseando con su globo favorito, pero llega Loula, se distrae y se le escapa el globo. Pocoyó está asombrado viendo como el globo se eleva en el cielo. Pocoyó se pone muy triste hasta que le ayudamos a darse cuenta de que hay cosas mucho más importantes que los globos: ¡los amigos!

Pocoyó encuentra una caja con silbatos muy especiales. Descubre que cada silbato reproduce un sonido diferente y que además llama a sus amigos. Qué divertido... hasta que las tornas se cambian ya que hay un silbato que llama a Pocoyó. Nuestros amigos se enfadan, hasta que Baby Bird, disgustado, consigue que se den cuenta de lo tontos que han sido.

Pocoyó encuentra una pequeña figura roja. Al principio la figura le toma el pelo y se esconde de él, haciéndole saltar y perseguirla. Pero entonces la figura llama a sus amigos, ponen música y bailan para Pocoyó y nuestros amigos.

Pato se atasca: está colgado boca abajo del cielo. Pocoyó y sus amigos intentan ayudarle pero no sirve de nada. Al final, le demuestran a Pato lo mucho que lo quieren y lo que le echan de menos. Al olvidarse de su problema, Pato logra bajar y volver a su posición normal.

Pocoyó se asusta cuando un extraño llega a Pocoyolandia, pero pronto se da cuenta de que no hay por qué asustarse del pequeño alien y se hacen amigos. Al final, el alien vuelve a su planeta del espacio exterior, pero promete que volverá para visitarlos.

Pocoyó quiere jugar, sin embargo Baby Bird está volando por el cielo, Pato y Fred, el pulpo, están haciendo el helicóptero, Elly se dedica a saltar por el espacio exterior e incluso Oruga se convierte en mariposa y se marcha volando. Al final, los amigos de Pocoyó se dan cuenta de que nuestro amigo se siente triste y solo, así que le ayudan a volar por el cielo como ellos. Todos se divierten mucho juntos.

Elly se ha comprado un par de zapatos nuevos muy bonitos para disfrazarse. Le gustan tanto, que no se los quiere quitar ¡ni para irse a la cama! Le hacen mucho daño en los pies, no puede jugar con sus amigos. Al final, Elly se da cuenta de que los zapatos están muy bien para disfrazarse, pero que lo mejor es quitárselos para jugar con sus amigos.

Pocoyó encuentra una puerta muy extraña. Cuando la abre, parece que lleva al cielo. Casi no se lo puede creer y se lo enseña a Pato. Sin embargo, esta vez lo que hay al otro lado de la puerta es el fondo del mar. Pato está tan fascinado, que pasa a través de la puerta y se queda atrapado. Cada vez que Pocoyó abre la puerta aparece un sitio nuevo .Pocoyó no puede rescatar a Pato. Al final, Elly le ayuda a traer a Pato de vuelta y hacen una fiesta para celebrar que vuelven a estar juntos.

Pocoyó y Pato salen en busca de aventuras en el Vamoosh, pero tienen que aterrizar en un planeta muy extraño ya que pierden una pieza de la nave. Mientras buscan la pieza, Pato se asusta porque oye un ruido muy extraño y aterrador. Ve que el que hace el ruido es un extraterrestre, pero Pocoyó no se lo cree. Pocoyó pronto comprueba por sí mismo que Pato estaba diciendo la verdad. Cuando el extraterrestre les devuelve la pieza del Vamoosh que estaban buscando, nuestros amigos se dan cuenta de que no hay por qué asustarse, y que el extraterrestre sólo quería hacer nuevos amigos.

Pocoyó ve que tiene algunos trastos que ya no necesita y decide hacer una limpieza. Baby Bird, Pato y Elly hacen lo mismo. Pronto se encuentran con una enorme pila de basura, y da la casualidad de que está apilada delante la puerta de Oruga. A Oruga no le parece nada bien, así que lanza la basura, que aterriza sobre Pato. Pato a su vez tira la basura al mar. La basura va pasando de mano en mano hasta que Pocoyó descubre que la basura ha ido pasando en círculos. Para romper el círculo, Pocoyó ayuda a sus amigos a hacer nuevos juguetes con la basura.

Pocoyó le promete a Baby Bird que le va a enseñar a conducir el Vamoosh, pero siempre lo pospone. Cansado ya, Baby Bird decide conducirlo él mismo. Sin embargo, como no sabe, el Vamoosh gira fuera de control, casi atropella a oruga, a Pato y a Elly. Al final Pocoyó logra rescatar a Baby Bird con la ayuda de Elly y de súper turbo Pato. Pocoyó se da cuenta de que debe mantener la promesa y enseñar a Baby Bird a conducir.

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Pocoyo, Pato, Elly, Loula, and the Narrator all have a good time trying to scare each other (well, maybe not Pato).

Pocoyo is throwing a party, and everyone is invited. Soon, everyone is having a lot of fun, but not the kind of fun Pocoyo had in mind.

Elly and Pocoyo find ingenious ways to steal Pato from each other. Pato is not amused.

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Pocoyo, Pato, and Elly each get a present. While each gift is disappointing at first, they each find creative ways to have fun with their presents, until they combine their new doodads to make a the best toy ever.

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An angry alien finds his way to Pocoyo's world and declares that he wants to be king. Pocoyo, Elly and Caterpillar are all friendly but the alien just bosses them around and tries to scare them. When the alien tells Pato what to do, Pato finds it rather helpful. This goes against what the alien was expecting.

Pato packs his bag of toys and heads off to play with Octopus and Whale underwater. Unfortunately none of his toys work in the sea, and he doesn't like the food so he's all set to head back home. But then Whale shows Pato how fun things can be underwater once you get used to it.

Everyone's preparing for a painting exhibition. Everyone except Pato who says he's not bothered about painting. When the show opens, Pato unexpectedly exhibits his paintings: they are amazing masterpieces [Actually they are real masterpieces. He didn't paint them!]. Everyone is very impressed and asks him to paint another painting takes its place in the exhibition.

Pocoyo makes a monster mask out of an old box. When he fails to scare Elly and Pato, he kicks the box out of the way in frustration. The box lands on Sleepy Bird who can't get out of it. She flies close to Pocoyo to ask for help but he and his friends are terrified.

Pocoyo and Pato are playing at being terrifying giant monsters, like the sort of monsters they've seen in their comics. They find a toy city and enjoy being like Godzilla and King Kong.

Pocoyo and Pato are having fun ice-skating. Elly is a great dancer and wants to have a go, but every time she tries she falls over flat on her bum. Even Whale and Octopus put on a great duet ice-skating routine. Poor Elly is about to give up. But we encourage her to have another go, and Pocoyo and Pato help her to get started.

Pato is leaving: he's packed his bags, he's said goodbye to his room and all his things. He's had one last sniff of his favourite flowers and said goodbye to Caterpillar, Alien, Baby Bird and Sleepy Bird. And there's the plane he's leaving in...! One last chance to say good bye. Good bye Pato!!!

Pocoyo wants to play ball but Pato is stubborn: he wants to play on the see-saw. Elly turns up so Pocoyo goes to play catch with her. Pato's left on his own. And the see-saw is no fun on your own. But he has an idea. He gets a machine and makes a copy of himself, a clone.

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