Mientras Nina y Christian están de camino a casa, Trevor se lanza a la caza de su implacable rival en un ardiente ataque de furia.

Trevor se pone al volante del lujoso coche de Christian para ir al veterinario. Después, desesperado, idea un plan para deshacerse de la abeja para siempre.

Los ladrones hacen su aparición en el momento más oportuno. La trampa para la abeja no funciona según lo previsto, y Trevor debe llevar a Cupcake al veterinario.

Trevor intenta arreglar otro cuadro y charla con Maddy. Luego vuelve a obsesionarse con la abeja y no se da cuenta de que unos ladrones han entrado en la casa.

Trevor se da una ducha que incluye luces de discoteca y música de baile. Después, la caza de la abeja lo lleva hasta el piano de cola de los dueños de la casa.

Con ayuda de Cupcake, Trevor encuentra una manera un tanto sucia de volver a entrar en casa. Una batidora causa más desperfectos y el agente de policía aparece otra vez.

Un agente de policía pasa por la casa para comprobar que todo va bien. Cupcake se salta su dieta. Trevor saca a la abeja fuera... pero no por mucho tiempo.

Trevor intenta recordar los códigos para acceder a la biblioteca y evitar más daños. Luego, se ve obligado a cambiar los planes que había hecho con su hija.

Trevor Bingley, un devoto padre de familia, llega a la lujosa casa que va a cuidar en ausencia de sus dueños. Pero una abeja lo sigue de cerca... y se desata la guerra.