Seguir viviendo en Walnut Grove es imposible y sus habitantes buscan una vida mejor en otro lugar. Los Ingalls se mudan a Winoka donde, gracias a Adam, Charles encuentra trabajo como gerente y Caroline de cocinera en el mismo hotel, y en el que se alojarán con las niñas. Aquí también llegan la familia Garvey y los Oleson, con la dificultad que comporta para todos el cambio de vida de la ciudad.

Harriet, Nels y Garvey trabajan en el salón, propiedad de Standish, como casi todo en Winoka, al igual que el hotel donde trabajan los Ingalls. Haber de soportar sus humillaciones y el esfuerzo que realizan para seguir viviendo en la ciudad, les desanima. Charles se encariña de Albert, un niño que vive en la calle y se gana la vida de limpiabotas, y lo invita al cumpleaños de Mary.

Los Dragones, el equipo de fútbol de la escuela privada de Winoka, alardean de sus triunfos con los alumnos de la Escuela Libery, y Albert les reta. Para la competición forman el equipo de los Guerreros, que entrenará Garvey. El Sr. Standish vé en su jugador estrella Luke, una amenaza, y lo ficha para su equipo, pero Adam convence a su alumno ciego Tom, de corpulencia similar, para sustituirle.

Algunos se burlan de John por ser obeso. Su esposa le recuerda que se enamoró del hombre del interior no del hombre del exterior, por su bondad y amabilidad, valores que en la escuela de ciegos donde trabaja, le hacen ser querido por todos. Al descubrir que su hija Amelia se avergüenza de él, finge irse a trabajar al ferrocarril para ganar más dinero, cuando en realidad se va a vivir a la escuela.

A los Ingalls les incomoda cada vez más la violencia y la hostilidad que sufren en Winoka para estar cerca de Mary. Ella, que goza aquí de una vida feliz y cree que lo más importante es quererse a pesar de la distancia, habla con su padre para que reconsidere su decisión de mantener unida a la familia. Los Garvey y los Oleson, acuciados también por la vida en la ciudad, deciden volver a Walnut Grov

Las tres familias regresan, por fin, a su añorado pueblo. Albert decide aceptar la oferta de Charles para irse a vivir con ellos, y así contar con su ayuda para poner en marcha la granja. Aunque Walnut Grove ya no es lo que era, y los pocos habitantes que aún quedan están muy desanimados por todo lo que han perdido, los recién llegados consiguen transmitirles sus ánimos para volver a empezar.

Charles considera que Albert reúne las condiciones idóneas para enseñarle a ser granjero y a tratar a los animales, y le compra un ternero para que lo críe y lo lleve al concurso de la feria del condado. El interés que le demuestra provocan los celos de Laura, especialmente cuando le permite que le llame papá. Aunque ella trata de atraer su atención piensa que es el hijo que siempre ha querido tener.

El primo de Harriet llega a Walnut Grove para editar el primer periódico de la ciudad. En la redacción, Murdock cuenta con la ayuda de Albert y Laura como correctores, y de su prima, que escribe una columna sobre los sucesos locales. En ella aprovecha para difundir chismes y rumores sin fundamento que perjudican a sus habitantes, pero que hacen aumentar los beneficios de su editor.

Charles y Caroline parten en tren a Winoka para llegar a tiempo a la boda de su hija con Adam. Albert y Laura se quedan al cuidado de Carrie y Grace, por el gasto que representa el viaje. Una vez allí, relatalan a los novios las travesuras de Mary cuando era niña, y ésta siente temor cuando empieza a considerar las dificultades que tendrán en un futuro para cuidar de sus hijos, siendo ciegos.

Durante las vacaciones Albert y Andy se ganan un dinero trabajando para sus vecinos con la misma dureza que un adulto, exigiendo a sus padres que les traten como tales. Al descuidar sus tareas escolares y sus obligaciones en casa, Charles y Jonathan les desafían a pasar la dura prueba de ir y volver a pie a Sleepy Eye, convencidos que no podrán valerse por sí mismos, y se darán cuenta de su error.

La maestra, la Sra. Garvey, está avengonzada de que su hijo sea el peor alumno de la clase. Nellie, que saca las mejores notas copiando, se ofrece a ayudarlo en sus estudios cuando en realidad pretende chantajearle. Andrew, con su método, se convierte en un alumno aplicado, pero se siente culpable de su engaño, sobre todo cuando le obliga a robar las preguntas de su madre para el examen final.

La escuela de ciegos de Winoka, propiedad de la iglesia, se vende al Sr. Standish que la convertirá en un hotel. Adam y su esposa Mary, que asumen su dirección sin medios económicos, piden ayuda a sus padres. El reverendo Alden de Walnut Grove les cede la casa del difunto Sr. Hanson para que se instalen con sus alumnos. Charles y Joe les guiarán en el viaje al que se unirá la escuela de St. Louis.

La Sra. Oleson, que hace el viaje para recibir a la Sra. Terhoum de la escuela de invidentes de St. Louis creyendo que es de familia acomodada, le decepciona ver que es de color como sus alumnos. En la dura travesía a pie a Walnut Grove, Adam se avergüenza de su miedo al cruzar un río caudaloso, que le hace revivir la experiencia traumática que le dejó ciego de niño cuando fue a pescar con su padre.

Para ganar sufiente dinero para volver a poner en marcha el molino, Charles y Jonathan se van a trabajar a la empresa que instala la línea telefónica entre Springfield y Sleepy Eye, permaneciendo varias semanas alejados de sus familias. Carrie siente añoranza de su padre, y necesitada de atención, inventa una amiga imaginaria para compartir sus inquietudes a la que llama su hada protectora Alyssa.

Isaac Singerman se queda sólo cuando su hijo se va a Nueva York para casarse. Considerado el mejor ebanista, al ver la curiosidad que su oficio despierta en Albert, le propone ser su aprendiz. Con él conocerá, por su religión, la filosofía que guía su vida, y también el trato receloso que recibe de muchos por ser judío. De salud delicada, llegada ya su hora, le ayudará a terminar su propio ataúd.

Las frecuentes discusiones entre Tim y Belle hacen que su convivencia resulte imposible y piensen divorciarse. Su hijo, aficionado al circo, al hacer equilibrios finge quedarse ciego de una caída para salvar el matrimonio. Perdidas las esperanzas de que recupere la vista, Jordan es matriculado en la escuela de ciegos de Mary y Adam y sus padres, preocupados por su salud, comienzan a reconciliarse.

Toby, invitado de los Ingalls, se enamora de Amanda. Aunque Albert y Laura le advierten que es una vieja amargada, agria y sin amigos, propiciará un primer acercamiento sin éxito. Para cortejarla cuidará su aspecto y buscará un trabajo, pero cuando cree haberla complacido y ganado su amor, ella le rechaza obstinada en seguir con la única compañía de su gato, hasta que cede a escuchar su corazón.

Mary comunica a su suegro su embarazo. Adam, distanciado de él desde su ceguera, se sorprende cuando viene a verlos. Dueño de un bufete de abogados en Nueva York, los convence para que se muden a su casa y que Adam estudie derecho para darle un futuro mejor a su nieto. Cuando el aborto de Mary le hace cambiar de opinión, ella se alegra de quedarse porque aquí tiene a su esposo, a su familia y a sus niños.

Harriet Oleson desea airear su fortuna y compra la propiedad del lago como casa de verano. Kezia, que la ocupa sin pagar impuestos, gracias a la mediación del reverendo Alden conseguirá quedarse a cambio de realizar las tareas domésticas. El trabajo es muy duro para su edad, y Albert, Laura y Andrew inventarán un monstruo del lago para que la Sra. Oleson se vaya.

Todos acuerdan fijar el precio de venta del trigo para obtener un beneficio más justo. El Sr. Larrabee, que no acepta que Joe gane lo mismo por ser negro, lo vende más barato junto a su producción de manzanas, para deshacerse de ellas. Garvey le recrimina la pérdida de ingresos que ocasionará a Walnut Grove, y el granjero es acusado de agredir a su hijo Andrew y quemar su granero como venganza.

Mary dice ver el resplandor de la luz en la ventana, y su familia se ilusiona cuando el Dr. Baker cree que quizá esté recuperando la vista. Charles la lleva al especialista de Mankato, que con sus repetidas pruebas prolonga su estancia en la ciudad, alimentado sus esperanzas. Ante las noticias alentadoras que envía por telegrama, Adam teme que si vuelve a ver sea un estorbo para ella.

Charles recibe el encargo de ir a comprar caballos al rancho de Bret Harper. Honesto y hospitalario, lo aloja en su casa, percibiendo la infelicidad en la que vive sumida la familia porque él se culpabiliza de la muerte de un hijo, causada por una caída del caballo. Refugiado en su trabajo y en la bebida desatiende a su mujer y a sus otros dos hijos, que ven en Charles al esposo y al padre que necesitan.

Dylan relata a Albert y a Laura las aventuras de Ulises surcando los mares en “La Odisea”, confesándoles su sueño de ver el océano, al que pinta repetidas veces en sus cuadros. Aquejado de frecuentes molestias, cuando sabe que padece leucemia y le queda poco tiempo de vida, les confía su secreto de emprender el viaje que hará realidad su deseo, desobedeciendo al médico y a su madre que le aconsejan que guarde reposo. Los dos hermanos le acompañarán para ayudarle a alcanzar su objetivo.