Siete demonios, basados en los siete pecados mortales, son liberados por el mundo y los hermanos han de luchar contar ellos.

Un chico al que Sam y Dean protegen guarda un extraño parecido con Dean. Esto le preocupa porque pasó una noche con la madre del chico, Lisa.

Sam y Dean encuentran una pata de conejo que les da muy buena suerte hasta que un ladrón se la roba y empiezan a pasarles cosas terribles.

Los hermanos investigan un pueblo en el que de pronto todos sus habitantes se vuelven alcohólicos y ludópatas

Sam y Dean están investigando muchas víctimas que aparecen ahogadas, aunque se encuentran en sitios donde no hay agua.

Los hermanos capturan a una chica vampiro que no sabe en qué momento se convirtió, lo que les lleva hasta Dixon, un vampiro demasiado generoso.

En este episodio navideño, Sam y Dean persiguen a un anti-santa que captura a su víctimas usando sus chimeneas.

Lo que parecen ser prácticas inofensivas de un grupo de brujas cambia de manera radical cuando una de ellas mata a una mujer.

Dean interroga a un estudiante sobre la muerte del Dr. Greggs. Bobby, Sam y Dean descubrirán la verdad oculta tras su horrible muerte.

Matan a Dean cuando investiga el caso de la desaparición de un hombre. Al día siguiente, Sam se queda de piedra al ver a Dean vivo, pero pronto se da cuenta de que está reviviendo el día anterior.

El agente del FBI Henricksen captura finalmente a Sam y Dean, justo cuando una horda de demonios baja decidida a eliminar a los hermanos.

Sam y Dean investigan la Mansión Morton y sin quererlo pasan a ser participantes de un nuevo reality llamado Ghostfacers.

En la ciudad de Milan, en Ohio, sus habitantes son contactados por seres queridos del más allá que, además, les inducen a suicidarse.

Sam y Dean descubren a un doctor que en 1816 se obsesionó con conseguir la vida eterna y se dedicó a robar los órganos vitales de la gente.

Sam, Dean y Bobby dan caza a Lilith y luchan contra ella y sus demonios en un último intento de salvarle la vida a Dean.