Retomando los hechos donde los dejamos la temporada pasada, Hodei toma su decisión ante Aztibela.

Hodei aparece en una carretera desierta, en un tiempo y mundo del que no sabe ni recuerda nada.

Encerrada en un psiquiátrico, Hodei conoce a algunas personas que parecen saber más de ella que ella misma.

Mientras en el exterior se gesta una unificación nuclear, Hodei se gana su salida del psiquiátrico con un nuevo jefe: Ttarttalo.

Su nuevo jefe está muerto, Hodei es encerrada de nuevo y los Antiguos Dioses reciben una oferta muy jugosa de un moderno de mierda.

Hodei escapa junto a Herio, la hija deTtarttalo, cuya muerte desata el caos en las calles. Ilargi, una de las pacientes del psiquiátrico se une al viaje.

Con un nueva tarea encomendada por parte de Ttarttalo, Hodei, Ilargi y Herio caen en las manos de dos Antiguos Dioses reconvertidos.

Hodei, Herio e Ilargi se libran de nuevo, pero se encuentran frente a un enemigo aún más peligroso. Los poderes de Ilargi podrían ser más útiles de lo que Herio creía.

Hodei descubre que todos sus sueños y alucinaciones tenían un sentido.

Herio termina gravemente herida, y su única esperanza parece traicionar todo por lo que han luchado. La verdad se revela a Hodei, y de nuevo debe tomar una decisión cuando la unificación nuclear se lleva a cabo.