Un día, un chaval normal llamado Johnny Bolt descubre que es capaz de controlar la electricidad. Pronto, decide poner a prueba los límites de sus nuevos poderes.

Nada más salir de la cárcel, Johnny queda con sus viejos amigos supervillanos, que tratan de convencerle para que participe en el intrigante robo de unas joyas.

El robo no sale como estaba previsto, así que Johnny y compañía acaban teniendo que escapar a todo gas de la poli y un par de superhéroes por las calles de San Francisco.

Johnny y sus amigos se enfrentan a Praetorian, un superhéroe al que le encanta usar sus (aparentemente) infinitos poderes para castigarlos.

En Chicago, Carmine presenta a Johnny y Kasey a los otros supervillanos. Todos han sido elegidos por sus superpoderes especiales y por no ser conocidos dentro de la red.

Carmine y su banda roban un avión y salen volando para rescatar a TK, que se encuentra en una aeronave repleta de seguridad protegida por Gladiador.

Mientras esperan a que aparezca el último miembro de su banda, Carmine comparte su plan con todos los demás y les da una última oportunidad para echarse atrás.

La noche antes de asaltar la sede de la Unión de la Justicia, Johnny y Kasey deciden salir a celebrarlo y juran dejar el mundo del crimen tras este último golpe.

Mientras se enfrentan a su viejo amigo Praetorian, Carmine y su banda se dan cuenta de que han cometido un desastroso error de cálculo y se ven forzados a improvisar.

Los viejos colegas supervillanos de Johnny se lo llevan de celebración y, para variar, tratan de convencerle para dar un último y disparatado golpe.

Kasey y Roddy se hacen pasar por profesores durante su reunión con Christopher Matts mientras Carmine, Johnny, TK y Josh inspeccionan el casino.

Christopher Matts envía a Praetorian para detener a Johnny y su banda... pero, esta vez, los supervillanos tienen a Gladiador de su parte.