Carlitos encuentra una patata frita extraordinaria; Emilio se muda a un nuevo nido; y Snoopy se distrae limpiando su caseta.

Snoopy le da un cambio de imagen a Emilio; pierde la querida manta de Linus; y se dirige a los cielos en busca de aventuras salvajes.

Snoopy se encariña con un nuevo conejito de peluche; juega a ser cupido en nombre de Sally; y aprende a mantener la calma cuando pierde.

Lucy le organiza a Rerun una fiesta de cumpleaños; Snoopy lo intenta todo para evitar que Emilio se vaya; y Snoopy resulta ser un profesional del pogo saltarín.

Schroeder quiere honrar a Beethoven como es debido; Emilio encuentra un paraíso de juguetes; y a Snoopy se le sube a la cabeza el día de los beagles.

A Snoopy se le pide que hable ante el Jefe Beagle; intenta escapar del mundo moderno con sus Beagle Scouts; y descubre que los días de lluvia pueden ser divertidos.

Snoopy quiere divertirse todo lo que pueda antes de que termine el verano; Snoopy da nuevos aires al juego de tirar y coger; y Lucy se despierta de mal humor.

Carlitos planea una fiesta sorpresa para el cumpleaños de Snoopy; Snoopy demuestra que no es perezoso; y Snoopy lleva a Carlitos a los tribunales por una mala cena.

Un periódico consigue una primicia sobre Carlitos; la pandilla aprende a divertirse desde los asientos baratos; y Spike invita a Snoopy al desierto.

Lucy contrata a Snoopy para que proteja su jardín; Snoopy ofrece servicios de construcción en el barrio; y Snoopy echa de menos su viejo cuenco.

Carlitos quiere que Snoopy le preste más atención; la mascota de la clase de Sally pone celoso a Snoopy; y Lucy cree que los musicales solo traen problemas.

Snoopy adapta un poema navideño para ayudar a Sally a dormir; Carlitos hace regalos para sus amigos; y Snoopy está deseando abrir sus regalos.