Con la ayuda de Lucía y de Jonas Pierce, eterno rival de Wild, Álex inicia una carrea contrarreloj para demostrar que el tesoro robado por Wild ha sido expoliado.

Mientras Wild emprende una campaña para poner de su parte a la opinión pública, Álex, Lucía y Jonas ponen en su punto de mira lo único que permitiría demostrar que el tesoro robado se corresponde con el de La Fortuna: el inventario del Pioneer.

Álex y Lucía viajan hasta Atlanta para reunirse con Jonas y asistir al comienzo del juicio. Allí deben hacer uso de toda su brillantez y su ingenio para convencer al juez e imponerse a las maquinaciones de Frank Wild.

Álex viaja hasta Washington para supervisar el final del caso y liderar la operación del retorno del tesoro. Sin embargo, sabe que aún no puede bajar la guardia: si hay alguien capaz de jugar fuerte y arriesgarse hasta el final, ese es Frank Wild.

Álex está al borde de conseguir recuperar el tesoro pero Wild pone todas las trabas posibles a la hora de entregar las monedas y facilitar su transporte. Y es que atravesar el estado de Georgia transportando 500 millones de dólares en oro no será fácil.