Un granjero convive felizmente en el campo con su esposa. Pero la aparición de una seductora mujer de la ciudad hace que comience a enamorarse de ésta, y a pensar que su mujer es un estorbo que se interpone en la felicidad entre él y su nueva y sofisticada amante.
En una tranquila granja de la campiña holandesa, la nonagenaria Antonia repasa su vida. Tranquilamente acostada en su cama, hace memoria hasta el día, poco después de la Segunda Guerra Mundial, en que volvió al pueblo en el que nació. A partir de ahí, recuerda su vida durante los cincuenta años siguientes, así como la de sus hijos y nietos. Un día tras otro, el comportamiento independiente, inconsciente y algo excéntrico de Antonia y su familia, y en especial su lucha por el feminismo, se mezcla con la vida cotidiana del pueblo en que viven. La vieja granja se convierte en el hogar de personajes muy variados en los que el resentimiento inicial se convierte en tolerancia y, posteriormente, en amor.
Ella no lo buscó. Ocurrió. Primero fueron miradas de soslayo, una atracción. Pero nada de eso debía pasar. Inge tiene unos sesenta y pico años. Lleva 30 años casada y quiere a su marido. Pero se siente irresistiblemente atraída por Karl, un hombre mayor que ella, de 76 años. Hay pasión. Sexo. De pronto, vuelve a sentirse joven otra vez.