Año 1939. Daniel McCormick (Mel Gibson), piloto de pruebas, es un hombre al que todo le va bien en la vida. Todo cambia una mañana en la que su novia, Helen, tiene un desgraciado accidente. Desolado, se ofrece voluntario para un experimento secreto: El cuerpo de Daniel queda congelado en una cápsula experimental. En 1992, más de cincuenta años después, dos niños descubren la cápsula y descongelan el cuerpo, llevando a Daniel a casa de uno de ellos, que vive con su madre Claire (Jamie Lee Curtis).
Llegaron a una cárcel ficticia buscando una forma rápida de ganar dinero fácil. Ahora sólo buscan la manera de sobrevivir. Todo empezó como un experimento científico protagonizado durante dos semanas por veinte hombres que cobrarían por su colaboración 4.000 marcos. El proyecto consistía en estudiar el comportamiento agresivo en un ambiente carcelario simulado. A los participantes se les asigna el papel de guardianes (ocho) o prisioneros (doce). Los prisioneros deben obedecer las órdenes, y los guardias deben mantener el orden. Pero dar a un hombre un poco de poder puede tener consecuencias insospechadas.