Cuando el joven Robin Hood (Taron Egerton) regresa a su hogar, endurecido, tras luchar como guerrero en Las Cruzadas, descubre un reino en el que la corrupción es la moneda de cambio de la corona inglesa. En ese momento, junto a su compañero Little John (Jamie Foxx), toma la decisión de formar una banda de bandidos y liderar una audaz rebelión en la que se enfrentarán al malvado Sheriff de Nottingham (Ben Mendelsohn).
A medida que se corre la voz de que hay un asesino en serie suelto que sigue cometiendo asesinatos, un oficial de policía fuera de servicio debe devolver a la ciudad a un testigo anciano que vive en una zona remota de Uganda. En el camino, el policía lleva a un hombre herido. De camino a la ciudad, el pasajero le cuenta al policía los hechos que lo llevaron a terminar herido en medio de la vía. Pero mientras viajamos con estos misteriosos personajes en el automóvil, el director Loukman Ali nos muestra que las historias que cuentan son solo versiones fragmentarias y parciales de los hechos que tuvieron lugar, y que quizás hay verdades enterradas debajo de cada una de sus palabras.