Sam Childers creció con un padre violento y una madre muy devota, quizá por ello su vida es una contradicción. Adicto a las drogas y a las mujeres, acabó convirtiéndose en un motorista narcotraficante. Algunos años después, Sam se incorpora al ejército y forma parte de un equipo cuya misión consiste en recorrer las zonas más peligrosas de Sudán y de Uganda para rescatar a los niños huérfanos y a los niños-soldado.
Cinco amigos universitarios se van de la ciudad para pasar un divertido fin de semana, pero los planes cambian rápidamente después de que encuentran a una extraña niña de 7 años en un café abandonado y ofrecen llevarla a su casa y encontrarse cara a cara con el mal encarnado.