Raymond Reddington ha sido traicionado por Katarina, quien lo mantiene secuestrado en paradero desconocido. Esto supone dos cosas: que al FBI se le puede acabar el acceso ilimitado a la lista de mayores criminales del mundo y, al mismo tiempo, que la búsqueda de Reddington les lleve precisamente hasta una de las criminales más peligrosas. Liz se pone manos a la obra junto a todo el equipo del FBI para encontrarlo y rescatarlo: al fin y al cabo, se necesitan desesperadamente.

Liz, Dembe y las fuerzas especiales siguen buscando a Red, que intenta escapar de sus secuestradores con la ayuda de un sorprendente aliado.

Aram se infiltra en una sociedad secreta que se entretiene con espectaculares actos de violencia. Red intenta negociar con un antiguo socio implicado en la directiva Townsend.

El sentido de la moral de Cooper se pone a prueba cuando un agente a quien sirvió de joven, presuntamente muerto, resurge como prisionero de guerra.

Liz y el equipo investigan a un famoso asesino con largo historial de crímenes que ahora se está especializando en actividades aún más retorcidas. Red y Dembe viajan a Cuba en busca de una pista.

Red alerta al FBI de la sospechosa muerte de un científico especializado en inteligencia artificial. Mientras, Francesca Campbell se involucra en los crímenes de Red.

Desesperado por saber dónde se encuentra un viejo amigo, Red dirige al equipo hacia un criminal de la lista especializado en transferencias de dinero imposibles de rastrear. Liz recibe información inesperada de su hija Agnes.

Red y Liz investigan a Orion Relocation Services, una organización que facilita discretamente la desaparición y reubicación de delincuentes. Mientras tanto, Katarina se adentra en los recuerdos de un viejo amigo para obtener información adicional sobre la Directiva Townsend.

Red y el grupo de FBI visitan a una persona que pertenecía a la Lista Negra debido a que una confrontación explosiva lleva a Liz a tomar una decisión crítica.

Con ayuda de la unidad, Red rastrea a un experto falsificador de arte que ha frustrado su intento de vender piezas robadas. Aram ve cómo su relación se complica cada vez más. Liz y Ressler confían el uno en el otro.

Recluido en una isla privada, Red reúne a una antigua amante y a un puñado de ladrones en una trama para generar millones con obras de arte robadas. Pero sus planes se ven afectados rápidamente, cuando algunos de los invitados a la isla aparecen muertos de manera misteriosa.

La unidad investiga una serie de ataques a centros de datos, prepretados por un miembro de la lista negra con una condición muy peculiar. Mientras, Liz lidera una investigación secreta en paralelo. Glen trata de demostrar su valía desesperadamente.

Un caso de Blacklist se vuelve personal para el Agente Park cuando el equipo investiga una misteriosa desaparición en el Triángulo de Alaska. Mientras tanto, Aram solicita la ayuda de Red para descubrir lo que realmente le sucedió al esposo de Elodie.

Liz se ve forzada a elegir entre Red y la unidad. Mientras tanto, Red intenta calmar a Ilya Koslov, que cree estar bajo vigilancia.

Liz y la unidad se encargan de un caso que podría cobrarse nuevas víctimas. Reddington intenta ayudar a un amigo de Dembe en peligro.

Ressler se ve obligado a afrontar una herida del pasado y algunos secretos de familia cuando su hermano le pide volver para una arriesgada misión.

Mientras la unidad especial investiga un secuestro, Dembe aterriza en una peligrosa situación. Un susto de salud lleva a Red a pensar en un sucesor.

El equipo investiga a un contable que trabaja para criminales y que les podría llevar hasta los agresivos hermanos que tiene contratados como matones. Liz debe tomar una decisión importante. Este episodio mezcla acción real con escenas de animación: una decisión de los productores para completar el episodio tras cancelarse los rodajes por la situación de pandemia de coronavirus.