La unidad de víctimas especiales está confusa ante un violento homicidio de una prostituta cuando el hijo de Stabler da la pista: el suceso es una imitación del juego “intensity”. Los detectives interrogan al creador del juego que les remite a un antiguo colaborador, y este les conduce hasta una pareja de novios. Mientras la joven confiesa haber participado en el homicidio, su novio afirma que no podía distinguir la fantasía de la realidad.

Cuando una joven madre y su hijo son arrojados de su coche, Benson y Stabler tratan de averiguar por que los agresores quisieron hacerles tanto daño. Durante el visionado de una cinta de seguridad, los detectives descubren que se trata de camellos y que la joven es adicta a los analgésicos.

Tras encontrar los huesos de un muchacho, asesinado en 1978, en el arenero de un parque, Stabler, convaleciente por una herida de bala, investigará junto con Vizcarrando, una analista policial, la identidad del menor. Sus investigaciones se centran en un caso abierto de hace treinta años, relativo a la desaparición de cuatro menores de origen latinoamericano que tras haber estado jugando al beisbol no volvieron a sus casas.

Una chica de 16 años, agredida en un hotel donde se ejerce la prostitución, es trasladada de urgencia al hospital de donde, una vez atendida, huye. La brigada descubre que la joven, originaria de Virginia, llegó hace dos semanas a Nueva York para practicarse un aborto en una clínica de planificación familiar y, que su novio, también menor, es el que le causó las agresiones. Antes del juicio, la fiscal descubre que la víctima también se autolesionó y que el novio fue inducido por la víctima para que la lesionara. A la fiscal, acusar al novio de un delito y a la joven de una falta, no le parece justo, pero su jefe quiere que la ley se cumpla. La abogada del menor pedirá la retirada de los cargos amparándose en la décima enmienda por la violación de la cláusula de protección de la igualdad de sexos.

Stabler comienza una investigación con un nuevo compañero, sobre agresiones juveniles, donde aplicar " la justicia por su mano" encuentra su máxima.

Stabler y Beck discrepan sobre como llevar el caso de un violador repetidor que ha asesinado a una de sus víctimas, tras intentar ésta vengarse. Todas las víctimas coinciden en el modus operandis del violador, y todas alegan haber sido violadas más de una vez, excepto una de ellas que está embarazada.

El líder carismático y violento de un grupo de vagabundos es el sospechoso de la muerte de un adolescente de Manhattan. La investigación lleva a los detectives a descubrir que el hombre podría ser el responsable de la muerte de sus hijos y de su primera mujer.

Olivia y Stabler investigan el caso de un hombre que apareció en un aparcamiento con claros signos de violencia, aunque él no recuerda nada. Los inspectores se enfrentan a una pareja con problemas por la custodia de su hijo, que se ha declarado transgénero.

Un policía que ayuda a una víctima de violación debe colaborar con Benson y Stabler para aclarar el caso. El caso se complica cuando la investigación les remite a una violación cometida 10 años atrás y algunos errores pudieron llevar a un inocente a la cárcel.

Una antigua estrella de ópera, afectada por una esclerosis múltiple, es encontrada violada y golpeada. Como las evidencias muestran que la mujer ha sido víctima de abuso crónico, el equipo amplía la investigación, incluyendo al personal sanitario al que se le había confiado su salud y seguridad.

Una jefa de la oficina del fiscal de narcóticos, con signos de tortura psicosexual, muere tras ser arrojada desde un edificio. La forense informa de que la fiscal se autoinflingía cortes, por lo que no descarta el suicidio.

Tras una serie de violaciones en el Soho, un grupo parapolicial y un reportero alborotan la investigación de los detectives de la UVE que encuentran pocas pistas.