Jason Locke (Sean Bean) sale de la cárcel, después de 5 años de condena, lleno de odio y ambición. Tiene un único objetivo, volver a recuperar el control de la distribución de drogas y hacerse rico lo antes posible. Junto con sus antiguos compinches y empujado por su fría mujer Lisa (Alex Kingston), terminará con todo aquel que se cruce en su camino. Pero no cuenta con un pequeño detalle, el joven conductor que contrata para sus desplazamientos y que irá perdiendo la inocencia, según va presenciando todos los crímenes de Jason.