Dos chicas norteamericanas que viajan a través de Europa tienen una avería en el coche en mitad de un bosque, en Alemania. Buscando ayuda llegan a una casa aislada y, al día siguiente, despiertan atrapadas en un tétrico sótano junto a un hombre japonés. Poco después descubren que están en manos de un siniestro médico alemán que anteriormente era un cirujano especializado en separar a gemelos siameses. Sin embargo, para ellos tiene otro escatológico plan, en los límites de lo imaginable...
Bertram Pincus (Ricky Gervais), un dentista antipático, muere durante unos instantes durante una intervención médica rutinaria. A partir de ese momento adquiere el don de ver personas muertas que le piden ayuda para ponerse en contacto con los vivos.
El detective Bruce Robertson (James McAvoy) es el detective de policía más maleducado, pervertido, misántropo y adicto a las drogas y al sexo de Edimburgo. A pesar de ello, Robertson quiere un ascenso. Claramente es la persona adecuada para el trabajo; el resto de sus colegas son idiotas. Desafortunadamente, ha habido un asesinato y el jefe de Bruce quiere resultados. No hay problema. Él está al mando y cuando resuelva el caso y consiga el ascenso su mujer volverá con él.