Tras sufrir una tragedia personal, Bryan Mills se embarca en una visión de venganza para acabar con el implacable jefe de un cártel. Mientras tanto, un equipo de inteligencia encubierto norteamericano, dirigido por Christina Hart, recluta a Bryan como agente.

Apartado durante semanas, Bryan por fin tiene una oportunidad para actuar sobre el terreno. La misión revela una siniestra conspiración en torno a la muerte de un agente gubernamental. Mientras, Hart contacta con un hombre de su pasado.

Bryan y el equipo buscan a un presunto terrorista secuestrado, lo que les lleva a descubrir una conspiración aún mayor dentro del propio gobierno. Christina recibe una noticia perturbadora y recurre a Harry en busca de apoyo. A Asha le preocupa la fijación de Bryan con Mejía.

La insistencia de Riley en descubrir la verdad tras un fármaco letal administrado a los veteranos de guerra hace que secuestren a la hija de uno de sus contactos. Alguien se cuela en el apartamento de Asha, pero una vecina nueva la tranquiliza.

Christina ordena que se recuperen unos documentos comprometidos que hay en Zúrich y que son necesarios para evitar un desastre político y económico.

A Inteligencia Nacional le piden que ayude a un agente del Servicio Federal de Seguridad ruso a que deserte, pero su novia embarazada pondrá en peligro los planes del equipo. Mientras, Christina se salta las reglas para destapar a un topo en la CIA, y el intento de John para solucionar el problema de su hermano con unos pandilleros termina en crisis espiritual.

Durante los esfuerzos del equipo para frustrar una operación de armas de Mejía, Bryan es tomado. A medida que se basa en su entrenamiento ODNI para sobrevivir, el equipo intenta un rescate audaz. Mientras tanto, Bryan y Asha llevan su relación al siguiente nivel.

Inteligencia Nacional ayuda a una espía israelí con alzhéimer temprano y a quien su propia agencia quiere ver muerta. Christina teme que su destino sea el mismo a la vez que se ve amenazada por fuerzas de su propia organización, y la desconfianza de Bryan hacia Asha desemboca en una dolorosa discusión.

Inteligencia Nacional se ve obligada a entregar a Mejía (aparición especial de Romano Ozari) al FBI, pero se entera de los planes del cártel de interceptar el traslado.

Cuando el FBI amenaza con apartar a Christina del mando, Bryan y John emprenden una misión por su cuenta para detener a los socios de Mejía antes de que crucen la frontera. Sin aliados que puedan ayudar, Inteligencia Nacional se juega perder el trabajo, la vida y a sus seres queridos.