Maddie es una adolescente víctima de las adicciones. Tiene fama de ser una fiestera y cree que no tiene ningún problema, hasta que un día la orientadora de su instituto se enfrenta a ella y la obliga a elegir entre la expulsión o una clínica de desintoxicación.

Maddie se salta la hora de llegada para estar con sus amigos, pero acaba en una situación incómoda cuando se encuentra con Wes y Rebecca. Intentando con dificultad que su doble vida siga siendo un secreto, la actitud fiestera de sus amigos resulta tentadora.

Los residentes de Springtime Meadows se están hartando de la apatía que muestra Maddie por la sobriedad, lo que provoca que Cynthia le proponga que participe en una salida esclarecedora.

Springtime Meadows acoge temporalmente a los residentes de una clínica de desintoxicación de alto nivel, y Maddie se ve tentada a recaer en sus viejos hábitos.

Charlotte y Cynthia no se ponen de acuerdo sobre qué es lo mejor para Maddie. Trish empieza un trabajo nuevo, pero quizá sea demasiado para ella. Un ejercicio en grupo en la clínica saca a relucir problemas familiares, sobre todo para Wes.

Maddie no sabe cómo ayudar a Trish cuando sufre una crisis, y sus buenas intenciones pueden tener efectos desastrosos en su compañera de habitación. Wes tiene un secreto que le cuesta guardar, agravado por lo que pasa en la clínica.

En una fiesta de la familia de clase alta de Rebecca, Maddie y Charlotte se horrorizan al ver cómo la trata su familia. Wes se siente confuso cuando su exnovia vuelve diciendo que está recuperada. Cynthia se ve forzada a replantearse su relación con su prometido.

Maddie está confusa por el cambio de actitud de Wes y convence a otra persona de la clínica para que la ayude a descubrir el problema. Trish está enfadada con Maddie por sus desafortunados intentos de ayudarla.

El mundo de Maddie se desmorona cuando descubre que Charlotte fue quien dio el chivatazo sobre ella.