Marco busca el cerebro detrás de una conspiración, mientras el príncipe Jingim evalúa los riesgos de un contraataque.

Una vez más, Marco encuentra su destino en manos de Kublai, mientras detrás de las paredes de Xiangyáng, el canciller Sidao fija su mira en la recuperación del poder.

Al regresar a la corte, Marco recibe una sorpresa desagradable. Kublai enfrenta una decisión dificilísima.

La lealtad de Marco a Kublai se pone a prueba. La audacia de Mei Lin echa por tierra los planes de Ahmad.

Con el inicio del kurultai, se determina la suerte de Kublai como Kan. Ahmad toma una decisión inaudita y Marco descubre una verdad terrible.