Durante una pintada nocturna, Jess es testigo de un violento asesinato doble y lo graba en su teléfono, pero los homicidas la ven antes de que pueda escaparse.

Qten hace todo lo que puede por reparar el teléfono de Jess, pero está seriamente dañado. Luego, una mujer que se parece mucho a Jess le pide su teléfono.

Esta vez, una chica llamada Pinky se aparece en la tienda en busca del teléfono y es más persistente que Joey.

Jess recuerda el trauma que le causó la repentina muerte de su padre. Luego, una chica de apariencia inocente llamada Jenny llega en busca del teléfono de Jess.

Qten va al bar donde trabaja Jess, sin saber qué chica aparecerá esta vez. Ve a Jess y le exige respuestas, pero no obtiene ninguna.

Por más que Qten intenta hablar con Jess, solo consigue toparse con Pinky, Jenny y Joey. Da le explica a Qten la afección de Jess.

Qten intenta averiguar más sobre la afección de Jess. Cuando Pinky aparece, Qten trata de hablar sobre Jess, pero ella solo quiere beber y bailar.

Cuando Jess era pequeña, su madre la inscribió en unas clases de baile, donde su maestro abusó de ella. Este trauma la afecta hasta el día de hoy.

Los asesinos entran al departamento de Jess, decididos a atraparla. Qten intenta reparar el juguete que el padre de Jess le dio cuando era niña.

Al principio, a Jess no le gusta que Qten se aparezca en la casa de su madre, lejos de la ciudad, pero a su mamá le agrada la visita.

Mientras pasan el tiempo en las afueras, Qten y Jess hablan sobre las diferentes personalidades de ella y su procedencia.

Qten y Jess vuelven a la ciudad y descubren que los asesinos golpearon y amenazaron a sus amigos. Preocupado, Qten lleva a Jess a un psiquiatra.

Los asesinos secuestran a Da y exigen que Jess les entregue su teléfono. Mientras tanto, reaparece un hombre del pasado de Jess.