Juan intenta quedar como un héroe resolviendo una crisis de su ministerio para presentarse a las primarias de su partido.

Tras una charla con su asistenta Juan concede una entrevista en la que se postula como el candidato de la gente, enfureciendo a su partido.

Juan tiene una crisis de imagen tras una fiesta en la embajada rusa y ésta se extiende hasta su matrimonio.

Juan tiene que vivir con que su hija sea una gran admiradora de Recalde, el rival político de Juan en las primarias.

Juan intenta dar una imagen de honesto devolviendo un jamón que le regalan. Carmen descubre que desde Moncloa apoyan la candidatura.

Juan va a la reunión de antiguos alumnos de su instituto donde presume de su éxito. Carmen les dice que el presidente se presenta a la reelección.

Carmen se reúne con un antiguo amigo del presidente. Este tiene información comprometedora que daría ventaja a Juan.

El día de las primarias ha llegado pero Juan cree que no está preparado para ser presidente. Las cosas dan un giro inesperado.

Tras las primarias, Juan Carrasco está donde nunca lo hubiera imaginado: en Logroño. Pero un líder como él no puede pasar tanto tiempo lejos del poder.

A Juan sólo le falta un pequeño detalle para tener su propio partido: financiación. Para ello, organiza una cena con los empresarios del IBEX 35.

Juan acepta ir de cacería con un empresario del Opus Dei para conseguir su apoyo económico. El único problema es que él no sabe cazar ni santiguarse.

Jorge, el nuevo jefe de campaña del partido, convence a Juan de que todos los partidos necesitan fichar a una víctima de la que sacar provecho.

Víctor deja la Moncloa con ganas de venganza. Por eso avisa a Juan de que puede fichar al ministro más popular del CIS si acude a la boda de Vallejo.

La noche de antes de hacerse el injerto de pelo en Estambul, Juan Carrasco conocerá a una chica que cambiará su futuro para siempre.

La última oportunidad de Juan Carrasco para llegar a las elecciones es aprovechar el funeral de un militar español para anunciar su partido

Juan Carrasco es ahora un alto cargo de una compañía energética y vive en una urbanización de lujo. Parece que el destino le sonríe hasta que un escándalo de corrupción de su época como alcalde en Logroño sale a la luz.

La aparición en unos comprometidos papeles del nombre J. Carrasco hace que Juan sea imputado y llevado a Logroño para registrar su domicilio. Este viaje le obligará a reencontrarse con su hija y con su mujer.

Juan tiene 4 días para poder conseguir la fianza que le libre de la cárcel y lo intentará de todas las maneras posibles, incluso recurriendo al padre de Paula, su exsuegro.

En su huida desesperada de la cárcel, a Juan no se le ocurre mejor idea que pedir asilo político en la Embajada de Argentina. Una larga noche de drogas y jotas navarras con el embajador argentino supondrá el cambio que necesita Juan.

Juan cree que la mejor manera de evitar entrar en prisión es “tirar de la manta” e implicar al resto de miembros de partido en la trama de corrupción. Pero para eso necesita una entrevista en directo.

Para conseguir pruebas que inculpen a la cúpula del partido, Juan no dudará en visitar a Caminero, el empresario implicado en la trama de corrupción, para grabar su confesión.

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