León llega de España buscando a su hermana Lola. Se reencuentra con Charo, actual Jefa de Psiquiatría del Hospital Metropolitano, con quién tuvo un fugaz romance. Por estos días Charo será ascendida a Directora General de Psiquiatría y busca un reemplazante. Sorprendiendo a todos con sus métodos poco convencionales, León logra sacar adelante el caso de Fausto Rocca, un joven con Delirios Persecutorios. Charo termina ofreciéndole empleo como Jefe de Psiquiatras del hospital.

Román Moro y Lucía Garfúnkel, quienes aspiraban al puesto que ocupa ahora León, están que trinan con Charo, a la par que desconfían de León, el recién llegado. León se gana la confianza de Diego, uno de los residentes, apoyándolo en el caso de Klaus, un paciente con “Síndrome del Extranjero”. Él, en tanto, debe lidiar con Mara, una quinceañera que aparentemente sufrió un “Brote Psicótico por Abuso de Sustancias”. León descubrirá que el mal de la chica está vinculado a la incomunicación de ella con su padre narcotraficante.

León trata a Nacho, un niño que vivió un “Episodio Psicótico” vinculado a su adicción a los video games. En tanto, Román presiona a Renata, otra residente, para que le consiga información sobre León a cambio de las anfetaminas a las que Renata es adicta. Paralelamente la hermana de León, Lola, ingresa clandestinamente al hospital y le pinta íntegramente de rojo el despacho a su hermano. Para León esta es una clara señal de que su hermana está viva… y cerca.

León trabaja en el caso de Pedro Sandoval, un joven con “Delirios Místicos” al que se lo vincula con un reciente suicidio y abuso de menores. Este caso lleva a los psiquiatras ante el dilema de atender o no a un abusador. En paralelo, Román Moro trata a Juana Oliva, una mujer con “Trastorno Narcisista de la Personalidad” que vive subiendo videos de su vida a Internet. Román le da de alta contra la voluntad de León. Ambos ignoran que Juana morirá esa noche ante la cámara de video en la que se filma. Aparece también el conflicto de Lucía Garfunkel y su marido, sobre tener o no tener hijos.

León trabaja con dos pacientes, Rita y Horacio, entre quienes nace una historia de amor. Paralelamente debe lidiar con el acoso sexual de una visitadora médica del hospital que sufre de “Compulsión Sexual”. En el final del episodio, León encuentra a su hermana Lola pero la represión policial que se desata lo aleja de ella. Charo, en tanto, sigue sufriendo los altibajos de su Bipolaridad. León sospecha que algo le pasa, pero por el momento Charo no está dispuesta a contarle la verdad de lo que le ocurre.

Los psiquiatras se dividen por el caso de Mariano Valdés, depresivo y con ataques de pánico a quien se acusa de parricidio. León descubrirá que Mariano es inocente y que el asesino de su padre es en verdad el hermano. Con todo, por pedido de Mariano, guardará silencio y secreto profesional. En tanto, Charo es invadida en su casa y puesta en riesgo por Lola. Logra salvar la situación por poco pero, afectada entre otras cosas por esto, decide dejar su medicación. Lucía lucha con la aplastante imagen de un padre psiquiatra altamente prestigioso.

León empieza a obsesionarse con hallar a su hermana. Habiendo Lola atacado a Charo, León monta guardia frente a la casa de ella. Comienza a verla en todas partes. Tal es así que esto le frustra un encuentro sexual con Charo. Ignorando Diego que Renata es adicta a las pastillas, descubre ahora que ella se corta los muslos compulsivamente. Se trata el caso de Sofía Escudero quien padece un “Episodio Delirante Transitorio”, convencida de que un muñeco de plástico es su bebé. Charo trabaja en un caso de “Trastorno Dismórfico Corporal” que la llevará a empezar a prestar más atención a su propia hija.

Charo descubre que su hija Paloma es anoréxica y termina internándola a la fuerza. León, Renata y Diego lidian con un caso extraño: un Trastorno Psicótico compartido entre una madre y una hija que dicen ser acosadas por un vecino.

Llega Andrés, padre de Paloma y ex esposo de Charo. Tensa relación con León. Lola le salva la vida a un linyera, a quién deja en el hospital. El linyera en cuestión es en realidad un alto ejecutivo que no recuerda como llegó a tal condición. Atravesada por su problemática matrimonial, Lucía se presenta en lo de León. Terminan teniendo sexo, al igual que Charo con su ex marido. Pero León y Charo piensan uno en el otro. Román conoce a Matías en un bar gay.

León está al frente de un peculiar caso de “Desdoblamiento de la Personalidad”. Un solitario sujeto se cree “El Quijote”. Fuerte divergencia de metodología laboral entre Román y León. De aquí en más Román se propondrá desplazar a León de su puesto. Charo en tanto recompone la relación con su hija Paloma quién, ya medianamente recuperada, retorna con su padre a España. En paralelo, cruce casual entre Matías y Román en el hospital. Román resistiéndose internamente a lo innegable: la atracción que ha comenzado a sentir por un hombre.

Caso de “Síndrome de Acumulación Compulsiva”, un portero guarda tal cantidad de objetos en su casa que los mismos le impiden salir de la misma. León logrará internarlo con todas sus pertenencias en el hospital y le enseñará a “soltar” y desprenderse del pasado que lo atormenta. En paralelo, Lola se ha presentado en casa de León y los hermanos parecen recomponer su relación. Charo descubrirá que Lola sólo ha estado en la imaginación de León.

Lola Robles, quién padece el “Síndrome de Capgras”, es finalmente internada en el hospital por Charo. León quiere tratarla pero la misma Charo se lo impide. León hace caso omiso y se las ingenia para pasar tiempo con su hermana. Todo parece tomar un rumbo armónico hasta que, finalmente, León y Charo hacen el amor… la misma noche que Lola decide quitarse la vida en el hospital.

León atravesado por la muerte de su hermana debe enfrentar a sus padres recién llegados de España. Confirma en este episodio lo que Lola siempre le dijo y él se resistía a creer: su padre biológico aún vive. Román termina iniciando una doble vida junto a Matías, sin separarse de su mujer. Claramente afectado en sus facultades mentales, y fruto del suicidio de Lola, tanto León como Charo –quién estaba a cargo del tratamiento de Lola- son desplazados de sus puestos. Román Moro y Lucía Garfunkel pasan a ocupar sus puestos. Diego y Renata acuerdan por fin irse a vivir juntos… pero Renata sigue escondiendo el secreto de su adicción a las anfetaminas. En el final, León se lleva el cuerpo de su hermana muerta y la crema en un peculiar rito. Termina internado como un psicótico más. Charo, quién aparentemente había renunciado al hospital, se presenta una vez más allí, dispuesta a tratar a su amor de siempre.