Satou intenta lanzar al río una bolsa de basura cubierta de sangre hasta que siente que alguien la observa. Al día siguiente en el colegio, el delegado de la clase, Kitaumekawa, está preocupado por Satou e intenta hablar con ella. Mientras tanto, Asahi reparte panfletos intentando encontrar a Shio.

Cuando a Asahi le ataca un grupo de matones, Satou y Mitsuboshi le protegen. Satou siente una conexión especial entre Asahi y Shio y nota como casi le vence la ira. Mientras tanto, Shio empieza a preocuparse cuando Satou no llega a casa y sale sola por la noche en su busca.

Shio se encuentra con Mitsuboshi por la noche en la ciudad, lo que despierta recuerdos de su doloroso pasado. El padre de Shio abusaba de su esposa. Shio ve un espejismo de su madre diciéndole que nunca la olvidará. Shio se duerme en un parque rodeada de matones.

Sumire, una compañera de trabajo de Satou, muestra interés por Satou y admite que echó un vistazo al currículum de Satou. Sumire sospecha al ver que no vive nadie en la dirección donde se supone que vive Satou. Mientras tanto, Shoko visita la casa de Mitsuboshi y descubre algo asombroso en su habitación.

Shoko empieza a sospechar de Satou y se encuentra con Asahi que está repartiendo panfletos. Satou dice que ha ido a casa de Mitsuboshi a entregarle un cuaderno con un mensaje sobre el trabajo, pero cuando Mitsuboshi lo abre, encuentra un mensaje donde le pregunta si quiere que le deje ver a Shio.

Satou y Shoko se dirigen al piso donde Satou dice que vive. En cuanto salen del ascensor, se encuentran con dos policías que le dicen a Satou que llame a la puerta. Alguien abre la puerta desde dentro…

El piso donde viven Satou y Shio, el piso 1208, era el hogar de un pintor que vivía solo. Satou hacía de modelo para él. Lo visitaba todos los días y hablaban sobre cosas al azar. Hasta que un día…

Satou consigue que Mitsuboshi la ayude a cambio de dejarle ver a Shio. Mitsuboshi se pone en contacto con Asahi para que se vaya de la ciudad y se aleje así de Shio, pero Asahi empieza a sospechar. Esa noche, Asahi le confiesa a Shoko sus sentimientos por Shio.

Después de matar a Shoko, Satou vuelve al piso 1208 y se sume en un profundo sueño. Shio no sabe lo que ha pasado y empieza a pensar en su madre, Yuuna, que se fue de casa y la abandonó. El padre de Shio era violento con la pobre madre de Shio, que siempre estaba asustada triste.

Shoko había mandado una foto de Satou y Shio a Asahi justo antes de que la matasen. Asahi atrapa a Mitsuboshi y le obliga a revelarle la dirección del piso de Satou. Satou le promete a Shio que lucharán juntos y se dirige al piso 305 donde vive su tía.

Satou y Shio pasan su última noche en el apartamento 1208. Ambas llevan anillos iguales. Satou intenta ocultar todo para que puedan disfrutar de un futuro mejor. Mientras tanto, Asahi busca a las dos chicas para hablar con Shio.