Varios flashbacks cuentan los inicios de Michael Jordan en la NBA. El equipo hace un viaje de pretemporada a París en un momento de tensión con su director, Jerry Krause.

Scottie Pippen se convierte en uno de los mejores jugadores de la NBA. Una lesión al inicio de la carrera de Michael siembra la desconfianza en la dirección de los Bulls.

La actitud de Dennis Rodman le asegura victorias al equipo, pero crea conflictos fuera de la cancha. A finales de los 80, los Bulls dejan todo por ganarles a los Pistons.

La filosofía y la conducta únicas de Phil Jackson llevan a los Bulls a otro nivel. El equipo logra superar a sus rivales de Detroit y se acerca un poco más a la gloria.

A medida que la fama de Michael Jordan llegó a niveles sin precedentes a principios de la década de 1990 a raíz de los títulos consecutivos de la NBA y un papel protagonista en el Olympic Dream Team, su imagen como "Air Jordan" lo convirtió en una figura cultural profundamente significativa.

Con la extraordinaria fama de Michael Jordan llegó un escrutinio extraordinario, y en 1993, todo parecía haber llegado a un punto crítico con la búsqueda de los Chicago Bulls de un tercer título consecutivo sombreado por signos de interrogación sobre el juego de Jordan.

Mientras Michael Jordan empuja a sus compañeros de equipo por un sexto título de la NBA, su intensidad y hambre por el dominio del baloncesto contrasta con su mentalidad en octubre de 1993, cuando sorprendió al mundo al alejarse del juego.

Michael Jordan usaría incluso el más pequeño ligero imaginable para motivarse contra un oponente. Y cuando su regreso a la NBA en 1995 se quedó corto en los playoffs, trabajó más duro que nunca para volver a la forma.

Los Bulls se miden en duras competencias para mantener su reinado: en 1997, contra Utah y en 1998, frente a Indiana. Steve Kerr deja su marca en el emblemático equipo.

Maltrechos y extenuados, los Bulls cierran su último baile con un sexto campeonato. Michael y Phil, entre otros, reflexionan sobre el final de la dinastía.