El nuevo mal humor de Tony, para él un superpoder, comienza a afectar a sus colegas. Mientras tanto, una nueva escritora llega a La Gaceta de Tambury.

Como cree que no tiene nada que perder, Tony considera probar la heroína. También cuida de su sobrino y comienza a hacerse amigo de Sandy... solo un poco.

Tony contrata a una prostituta, pero no es lo que parece. Una salida al club de comedia se vuelve incómoda. Una enfermera le dice a Tony todo lo que piensa.

Tony se opone a la idea de Matt de tener una cita a ciegas. Más tarde, Tony hace una extraña presentación y ofrece unas disculpas fuera de lo común.

Brian (al fin) convence a Tony y compañía de que visiten su departamento para una nota. Mientras tanto, Matt recibe una llamada preocupante de la escuela de su hijo.

Tony hace un esfuerzo honesto por ser feliz —o por lo menos no estar tan deprimido— y ofrece un merecido reconocimiento a aquellas personas que siempre lo apoyaron.

Decidido a ser amable, pero aún luchando por ser feliz, Tony asiste a un curso de meditación zen con Matt, cuyo matrimonio está en la cuerda floja.

La novia de Lenny comienza a trabajar en La Gaceta. Sandy evalúa escribir una columna de chismes. Matt recibe consejos polémicos de su terapeuta.

Un cambio inesperado en el periódico afecta mucho a Sandy. Roxy y Pat salen a comer, y Tony intenta apoyar la decisión de Matt de volver al ruedo.

Tony entrevista a una mujer adicta a las cirugías plásticas. Más tarde, se traga su malhumor para levantarle el ánimo a Kath.

Se alza el telón para el espectáculo del teatro comunitario, y todo sale tan bien como se podía esperar. Tony recibe noticias devastadoras.

Destrozado por una nueva pérdida, Tony no espera compasión de sus colegas, sino contención. También se esfuerza por aguantar y seguir adelante.