Dos años después de retirarse, el detective Bill Hodges aún está atrapado en su último caso. Cuando un demente empieza a atormentar a Hodges mediante cartas anónimas, se embarca en una cruzada para llevar al asesino a la justicia.

Mientras que Hodges lucha para conservar la cordura, Ida y Pete permanecen atentos por lo que pueda pasar. Deborah se preocupa por Brady, la cual le da un respiro en su último trabajo. Hodges contacta con Janey, la hermana de Olivia Trelawnwey, y le contrata como detective privado.

Hodges y Janey indagan a fondo en las circunstancias que rodean a la muerte de Olivia. Hodges utiliza el Paraguas Azul de Debbie para apuntar hacia Brady. El padre de Jerome interviene en su relación con Hodges.

Ida está dolida porque la relación entre Hodges y Janey se hace más intensa. Lou se molesta por como le trata un cliente. Deborah lleva a Brady al cementerio.

El juego del ratón y el gato entre Hodges y Brady se intensifica. Hodges mantiene una deprimente conversación con la madre de Janey. El alcoholismo de Deborah casi provoca un accidente en la casa de los Hartsfield.

Hodges se retuerce en el recuerdo de su hija Allie. Mientras Deb intenta cambiar a mejor, Brady interfiere. Robi sigue presionando a Brady para impresionar a los jefes. Hodges localiza a la sobrina de Janeys, Holly.

Mientras Hodges ayuda a Janeya a pasar un duro trance, su conexión se hace más fuerte. Hodges trae de vuelta a Jerome y a Holly porque se da cuenta de que los necesita para seguir avanzando en la investigación. Deborah se enfrenta a Brady.

Un terrible error propio hace que Brady tenga una crisis personal. Holly y Jerome hacen un descubrimiento importantísimos. Bill va a visitar a su hija Allie.

Jerome y Holly comentan con Hodge sus preocupaciones respecto al asesino del Mercedes. La tensión entre Brady y Robi sigue aumentando. Cuando los detalles de la investigación salen a la luz, Hodges, Pete e Izzy cierran el circulo sobre su sospechoso.

Cuando aparece otra víctima de asesinato, las sospechas sobre Brody se confirman. Mientras la policía se prepara para otra masacre, Hodges teme por la vida de aquellos a los que ama.

Con Brady hospitalizado, Hodges y Holly reconstruyen, y abren la agencia privada de investigación Finders Keepers. El cuidado de Brady recae en el Dr. Babineau, un neurocirujano ambicioso, con el aporte de su brillante esposa, Cora.

Hodges lucha con sus casos en Finders Keepers, poniéndolo en desacuerdo con una preocupada Holly. Sadie siente un cambio en el estado médico de Brady e informa al Dr. Babineau. Jerome llega a casa desde Harvard durante el verano.

Brady recibe a un visitante de su pasado. Al percibir la creciente frustración de Holly, Hodges la incluye en su investigación no oficial. Cora continúa presionando a Babineau.

Hodges es sacudido por la muerte inesperada de un miembro del personal del hospital. Jerome ofrece una ayuda muy necesaria en la búsqueda de Hodges para descubrir la verdad. Brady trabaja para dominar las limitaciones de su nueva habilidad. Ya con dificultades para sobrellevar, Lou sufre contratiempos adicionales.

Deseoso de enjuiciar a Brady, Montez echa la bronca al Dr. Babineau. Holly se siente traicionada cuando la intromisión de Hodges amenaza el futuro de Finders Keepers.

Cuando una visita de Lou provoca una respuesta sin precedentes de Brady, el Dr. Babineau lo empuja a comunicarse. Armado con nueva información, Hodges se acerca a Babineau y Cora.

Hodges y Donna miran hacia un nuevo futuro. Jerome contempla su lugar en el mundo. Bajo la presión de Cora y Vitalta, Babineau realiza una cirugía cerebral en Brady. Montez y Hodges se esfuerzan para que Brady sea trasladado del Mercy General.

Después de que Hodges sufra un ataque, Ida, Holly y Jerome van junto a él, pero Donna recuerda sus miedos más profundos. A medida que disminuye el apoyo a los métodos de tratamiento de Babineau, Babineau pasa por encima de la cabeza de Montez.

Tras la fuga de Brady, la gente se pone nerviosa y él acude a un lugar impredecible.

La comunidad se recupera de las noticias recientes sobre Brady. El futuro del asesino del Mercedes aterriza en las pocas personas que lo han sobrevivido.

El juicio de Lou, por haber asesinado a Brady, comienza, aunque el pueblo está inconforme por su encierro debido a que la ven como heroína, otros acusan que aún así fue homicidio. En otra parte del pueblo, el escritor retirado John Rothstein es asesinado. Morris Bellamy es quien lo ha hecho, con su amigo, pero él no sobrevivió, y tras un accidente ha vuelto por el dinero y sus cuadernos de Rothstein, pero ya no están. Pete Saubers los ha tomado.

El juez encargado del caso de Lou quiere que haya un trato entre los abogados, y al no haberlo, manda a Lou al psiquiátrico para deshacerse temporalmente del caso. Morris asiste con una mujer, que fue amante de John Rothstein, pues ella le dio la idea del robo, y le cuenta que ha perdido el dinero y las libretas. Pete comienza a usar el dinero y lee las libretas. Bill quiere ayudar a Lou, pero no puede hacer nada, además de seguir buscando al asesino de Rothstein y su pesar por la misma.

La primera evaluación de Lou en el hospital se acerca, pero las alucinaciones con Brady continúan y se agravan, así que Holly intenta ayudarla. Jerome comienza a investigar en los documentos de Rothstein y encuentra varias fotografías comprometedoras. Gabrielle, la novia de Morris, lo ve teniendo relaciones con Alma, y al tratar de arreglarlo, es asesinada por la última. Un amigo de Morris, le dice que un chico y un hombre han preguntado sobre Rothstein.

A pesar de que Lou ha pasado la prueba, en el juicio comienza a verse un deterioro de su estado mental al alucinar con Brady, quien le ayuda en el caso. Morris y Alma tienen como sospechoso a la familia Saubers, en especial a Pete, de haber tomado las libretas, y lo vigilan. Jerome investiga al hombre que llevó a un desconocido al hospital el día de la muerte de Rothstein, y con Holly y Bill ahondan en la investigación.

Conocemos un poco de lo que fue la niñez de Morris. Alma hace contacto con la familia Saubers y Morris lo hace con Bill y Holly. A pesar de que el juicio aún sigue y no se ve un lado mejor que el otro, Lou empeora cada vez más. Pete comienza a sentir más cerca a la policía y la búsqueda de las libretas y del dinero.

El juicio de Lou llega a cerca del final y la testigo que sube es Holly, contando los hechos que tuvo que pasar desde que conoció a Brady hasta su muerte. Alma y Morris comienzan a tratar de asustar a Pete, pero él logra evitar algo más. Bill, Jerome y Holly encuentran pistas en el caso de Rothstein.

Pete logra recaudar dinero tras el encuentro con Andy, el vendedor de libros, pero está inseguro por darle los libros. Morris lo sigue y sabe que le miente, así que Alma hace un trabajo de interrogatorio, aunque con mal resultado. Bill llega a la librería para ver lo que ha sucedido después de estar en el juicio de Lou donde se ha dado un veredicto final, y tras saber que Pete tiene los libros de Rothstein.

Alma y Morris llegan al límite por la búsqueda de los manuscritos y deciden secuestrar a la madre de Pete para hacer un intercambio. Pete se pone en contacto con Ida, quien a su vez le pide a Finklestein que lo ayuda a representarlo. Lou, ahora libre se muda con Holly, aunque bajo una estricta vigilancia.

Holly ha heredado el mercedes de su tía Olivia y eso trae disgustos a Bill, aunque a Lou le parece que ese momento le hizo dar motivos para ser más activo. Jerome ha investigado y enlaza toda la información, ahora ya saben que Morris es el culpable de todo junto con Alma. Bill comienza a hablar con el padre de Pete, mientras éste comienza el trato con Morris. Éste último se entera que Alma ha matado a Gabrielle y tienen un altercado.

La serie termina. Morris se encuentra en la disyuntiva de terminar de buena manera el trato con Pete. Bill, Jerome y Holly intentarán detener a toda costa que la madre de Pete salga herida. Lou terminará el calvario que pesa sobre ella el seguir pensando en Brady.