La hipótesis de Wells gana terreno después de que un grupo militante reivindica el atentado. Kirkman, a su vez, sufre en carne propia una maniobra política inescrupulosa.

Mientras se organiza un ataque contra Majid Nassar, las provocaciones de un gobernador y la cúpula militar ponen a prueba la determinación del presidente Kirkman.

Una pista enigmática sobre la bomba del Capitolio lleva a Wells a un descubrimiento sorprendente. Kirkman no sabe si ordenar o no un ataque osado contra Majid Nassar.

Mientras Kirkman intenta ganarse la confianza de gobernadores escépticos, Wells y Atwood aprietan a Majid Nassar para que hable.

Las sospechas de Atwood sobre MacLeish se tornan cada vez más delicadas, y el arresto en Rusia de un héroe estadounidense desata una crisis internacional de espionaje.

Un nuevo acto de terrorismo pone en peligro las elecciones del país, Kirkman debe enfrentarse a Leo, y Atwood hace una confesión desgarradora.

La investigación de Wells le da pruebas en contra de un alto oficial, y un informante de la NSA conduce a Kirkman a una alarmante revelación.

Kirkman sospecha que hay un traidor y le pide a Emily que lo investigue. Wells centra su atención en su fuente anónima y descubre una nueva amenaza crítica.

Tras la masacre, se revela una conspiración, y MacLeish lleva a cabo una maniobra con audacia. Wells deja pistas de sus hallazgos.

Luego de descubrir una traición, Kirkman decide tender su propia trampa. Wells persigue una pista que desemboca en un dramático giro inesperado.